19 abril, 2025

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Pancho villa en la Huasteca

El Centauro del Norte, ordenó a Alberto Carrera Torres que operará en la región de San Luis Potosi, Tamaulipas ; al mismo tiempo quería abrirse paso hacia Tampico, por lo que supervisó personalmente acciones de las tropas villistas

TAMAULIPAS.- A fines de noviembre de 1914, Francisco Villa comisionó al general Alberto Carrera Torres para que operara en la región huasteca de San Luis Potosí y Tamaulipas, y tomara Ciudad Victoria. En los siguientes días, plazas como Ciudad del Maíz, Ciudad Valles, Tula, Antiguo Morelos, Nuevo Morelos, Ocampo y Quintero, fueron tomadas por tropas carreristas, leales a la Convención de Aguascalientes, comenzando así en la Huasteca, las hostilidades que provocó esta guerra civil entre villistas y carrancistas.

LOS VILLISTAS QUERÍAN ABRIRSE PASO A TAMPICO

El cuartel general carrancista en Tampico supo a fines de 1914 que una fuerte columna estaba organizada en San Luis Potosí para la lucha y tenía sus avanzadas en Ciudad de Valles, mientras algunas partidas de regular consideración merodeaban por la huasteca potosina y tamaulipeca. El 22 de diciembre, sin tomar descanso, las fuerzas constitucionalistas de los generales Manuel C. Lárraga, Francisco de P. Mariel, Cesar López de Lara y Federico Montes, avanzaron sobre El Ébano para combatir a las tropas convencionistas de Eugenio Aguirre Benavides y los hermanos Cedillo.

En su parte de guerra, los convencionistas informaron que, a las once de la mañana del 22 de diciembre de 1914, su primera avanzada tuvo un encuentro con los carrancistas, que en número de 300 los atacó, con una hora dicho tiroteo. Se dijo que faltó poco para que los villistas pudieran romper las líneas carrancistas y llegar a Tampico, pero en el momento que se retiraban los constitucionalistas hacia el puerto por falta de hombres, llegó el general Andrés Saucedo con 500 hombres de re fuerzo, poniéndose de inmediato a las órdenes de Lárraga y López de Lara.

Como en toda conflagración, tras los primeros combates, ambos bandos se declararon ganadores. La prensa capitalina de la época, dio el triunfo al ejército de la Convención, añadiendo que éstos no pudieron avanzar más allá, debido a que tuvieron que reparar las vías del tren voladas con minas. Horas después, la columna del general Pablo de la Garza, que avanzaba con rumbo a San Luis, logró derrotarlos en los encuentros sucesivos del Coco, Rodríguez, Guerrero, Pujal y Palmas, hasta llegar a Ciudad Valles.

Desde su cuartel general en Tancanhuitz, S.L.P., el general villista Conrado Hernández Medina informaba a sus superiores que el 25 de diciembre había salido de ese lugar una columna al mando del coronel Frías, llegando a Ciudad Valles ese mismo día a las diez de la noche, entablando combate con los carrancistas, ocupando la plaza a la una de la mañana.

El 4 de enero, desde Ciudad Valles, el general Magdaleno Cedillo informaba al ministerio de Gue rra de la Convención, que desde las 4:30 de la madrugada, sus avanza das estaban combatiendo entre El Abra y Las Palmas.

VALLES COMO EPICENTRO PARA TOMAR ÉBANO

El 24 de febrero de 1915, los convencionistas arroyaron a las tropas constitucionalistas en la Estación de San Mateo, población al noroeste de Valles. A fines de febrero, la prensa norteamericana publicaba que, de acuerdo al parte oficial de Pancho Villa, tenían noticias que los carrancistas habían sido derrotados en Ciudad Valles, siendo rechazados con gran des pérdidas en hombres y equipo.

En esta batalla, la línea de fuego se extendió más de 12 millas. En el informe oficial de Villa, se le dio el debido crédito al valor del enemigo. Pedro Salmerón refiere que los villistas que combatían en Ébano, en su necesidad de abastecerse, depredaron la región limítrofe a Valles para dar de comer a su ejército, contrario a los carrancistas, quienes tenían un flujo permanente desde Tampico.

A fines de marzo de 1915, los vi llistas tenían su Cuartel General en Valles, pero a principios de abril los “carranclanes” rompieron las líneas y los desalojaron de esa ciudad, replegándose las tropas de Urbina a Micos. El 2 de abril de 1915, arribó a Ébano el general Tomas Urbina, quien de inmediato ordenó a sus fuerzas que iniciaran un ataque frontal contra las defensas carrancistas, en un combate que inicio a las cuatro de la mañana y se prolongó hasta las siete de la noche.

En los siguientes días, el alto mando villista no pudo mantener la intensidad de la ofensiva, hasta el día 4, cuando iniciaron una incursión con bombas de mano contra la derecha carrancista.

Por esos días, a orden expresa de doña Luz Corral, esposa de Pancho Villa, el ebanista alemán Jorge Unna mandó cortar en la región de Valles maderas preciosas, con las cuales elaboraría un oratorio en la finca Quinta Luz de la ciudad de Chihuahua

SOSPECHAS SOBRE TOMÁS URBINA

Alberto Calzadíaz Barrera, conocido historiador del villismo, relata en su libro “Hechos reales de la revolución mexicana, tomo II”, que el general Villa sostuvo una conferencia desde el carro del tren del cuartel general que servía de oficina telegráfica, con el general Tomás Urbina, a estación Auza. Pues el día anterior el general Urbina había contestado con groserías al general Manuel Madinabeitia, que pedía ciertos informes. Sin ocultar Villa su disgusto, citó a su compadre Tomás a presentarse en la oficina telegráfica de estación Auza. Ambos generales se saludaron en términos afectuosos.
Desde luego, Villa fue al grano, pues a él le interesan las novedades del frente de El Ébano. Urbina se pierde en una tan larga como pesimista explicación, lamentándose de la mala suerte y de lo difícil que le había sido combatir con eficacia, sin lograr ningún progreso en esa lucha.

Ese día que telegrafiaron ambos compadres, se encontraba junto a Pancho Villa el general Mateo Gurrola, recién llegado de El Ébano; uno de los generales que mandaban fuerzas en las Brigadas Morelos y de los hombres de confianza de Villa, además. Terminada la conferencia, Gurrola le platicó a Villa la actitud sospechosa que percibió de Urbina en la Huasteca, informándole que su compadre había puesto más interés en acumular alhajas y dinero en San Luis Potosí, que en los asuntos militares de la campaña de El Ébano.

Alberto Calzadíaz señala que todo lo anterior le fue confirmado al centauro del norte en mensajes confidenciales por parte del general Margarito Orozco, jefe de la escolta de Urbina.

VILLA EN VISITA RELÁMPAGO AL SITIO DE EL ÉBANO

Siguiendo el hilo de lo escrito por Alberto Calzadíaz, se señala que Fran cisco Villa acostumbrado a tomar las cosas en caliente, sin que nadie lo supiera, ni lo sospechara, se presentó en estación Auza, en los límites de Tamaulipas con San Luis, donde se hallaba el cuartel general de Urbina. Cuando su compadre se enteró de la presencia del general Villa, ya éste había ordenado al teniente coronel Escamilla, del Estado Mayor de Urbina, que reuniera a todos los jefes con mando de tropa y ordenara el repliegue general.

El jefe de trenes de Urbina, que también era de los hombres de confianza de Villa, mayor Francisco Bustos, disponía lo necesario para el movimiento de los trenes, a fin de levantar las tropas de Auza y conducirlas al frente del Bajio. De esa manera, partieron del frente del Ébano los generales Eulogio Ortiz, Ángel Ocón, Alfredo Rueda Quijano, José Torres Dey, Francisco Hernández Díaz “El Chapopote”, José Rodarte, Victoriano Anguiano y otros; quedando en las huastecas potosina y tamaulipeca solamente algunas fuerzas de los hermanos Cedillo, Emiliano Sarabia y algunos contingentes de las brigadas de Pánfilo Natera.

Calzadíaz asegura en su libro, que es una mentira que Urbina haya sido derrotado en Ébano, ya que Villa personalmente levantó ese sitio para llevarse a todas aquellas fuerzas a tomar parte en la ba talla de Trinidad. Urbina se tomó todavía unas semanas en San Luis Potosí, para luego incorporarse a Villa en Aguascalientes.

Cabe citar que este hecho era poco conocido, incluso algunos lo dudan, pero estos últimos desconocen el trabajo historiográfico de Calzadíaz, quien desde 1933 dedicó toda su vida a entrevistar a los veteranos de la División del Norte, publicando gran cantidad de libros sobre ello, destacando los volúmenes de “Hechos reales de la Revolución” y “El Fin de la División del Norte” por mencionar algunos. Por otro lado, historiadores nacionales como Pedro Salmerón, mencionan que, si este hecho es relatado por don Alberto, es altamente probable su veracidad.

La ruta que debió seguir Villa a su paso por la Huasteca fue sin duda alguna la del Ferrocarril Central Mexicano, vías que hasta la actualidad están en funciones, y que a su paso se contempla toda la belleza geográfica de la zona, como las cascadas de Micos, para kilómetros más adelante pasar por las Estaciones de San Mateo, Ciudad Valles, El Abra, Las Palmas, Tamuín, y de ahí al frente de batalla del Ébano.

Sobre lo anterior, Miguel Ángel Castillo Andrade, adjunto de doña Belem Altamirano, cronista de Ciudad Valles, comenta que algo se sabía del paso breve de Pancho Villa por esa ciudad con destino a estación Auza, pero que era sólo un rumor muy difícil de confirmar, por eso no se había comentado nunca hasta hoy que un servidor dio con el libro antes mencionado. Incluso relata, que las gentes de antes hablaban sobre una hacienda o rancho que compró o se adjudicó Villa a su paso por la jurisdicción de Valles y que hasta la actualidad se llama “Villa-Fierro”.

POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ
EXPRESO-LA RAZON

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