Por décadas la justificación ante la impunidad que priva en casos de violencia contra las mujeres en México ha sido la falta de denuncia, que es consecuencia de la falta de confianza hacia la autoridad, entonces año tras año se programan campañas de concientización dirigida a ellas, para qué llamen al 911 “ante una emergencia, llama”, les dicen.
¿Sufres violencia? ¿Temes que tu situación se agrave? “Que la violencia no se quede encerrada en casa” postea el InMujeres en este esfuerzo por contrarrestar el silencio de las víctimas de violencia de género, y enlista en su página web todos los teléfonos y direcciones de atención en todos los estados del país, de Tamaulipas publican el número 834 110 16 22. El 911, como sabemos es línea nacional para atender emergencias y también atiende urgencias de distintos tipos de violencia, como abuso sexual, acoso y hostigamiento sexual, violación, violencia de pareja y violencia familiar.
Estas líneas salvan vidas, a veces; del otro lado del teléfono especialistas dan asesoría psicológica, legal y médica, y pueden remitir a quien lo necesite a los Centros de Justicia para Mujeres donde se atiende con perspectiva de género.
Para denunciar violencia digital también hay un sitio especifico, es el Centro de Respuesta a Incidentes Cibernéticos de la Dirección General Científica de la Guardia Nacional, y tiene línea directa en 088. En otra línea de atención ciudadana se atienden problemas relacionados con la salud mental o adicciones, es el 911 2000. Son muchos los canales de atención, sin costo y funcionan las 24 horas, todos los días.
Es mucha la infraestructura institucional que está dispuesta para la prevención, atención y eliminación de la violencia hacia las mujeres, pero falla. Seguramente tienen buenas intenciones, pero no son suficientes. Los mensajes no están llegando a quien debe escucharlos, ni hay un mecanismo sólido que lleve a buen puerto una acción de contención, atienden, suman a la estadística de llamados de auxilio, presentan cada tanto un reporte de las atenciones y sigue el mismo esquema.
Y no se ha logrado contener la violencia feminicida. En esta actualidad, que suma once feminicidios al día, el “llame ya” no es suficiente.
El movimiento feminista actual ha estimulado más la denuncia, sus campañas en redes sociales animan a entender que vivir círculos de violencia no es normal, que deben pedir ayuda, que “no están solas”, que “no te quedes callada”. Y muchas denuncian, pero la autoridad no les cree, no les atiende y minimiza los casos.
Luz Raquel, asesinada este 16 de julio en Jalisco, denunció, señaló a su agresor una y otra vez, había sobrevivido ya a un ataque en su contra, pero no recibió la debida atención, ni protección, pese a las constantes amenazas y agresiones que recibía en su entorno cercano, por la condición de autismo de su hijo. “Fue quemada viva a unas cuadras de su domicilio”.
Ella, sufrió sistemáticamente violencia física grave, ella y su hijo, pero además sufrió violencia institucional, no fue atendido su llamado de auxilio, la dejaron sola, y la quemaron viva “a la vista de todos”; la autoridad desestimo sus denuncias legales y públicas, ella documentaba para sus redes las amenazas que le perseguían. Hoy está muerta y la autoridad promete esclarecer el caso.
“Otro feminicidio que pudo evitarse, muestra del abandono social, político e institucional que enfrentamos las mujeres” postean Las Brujas del Mar junto con la exigencia nacional, de todas las colectivas feministas, por Justicia para Luz.
Por Guadalupe Escobedo Conde




