11 diciembre, 2025

11 diciembre, 2025

Rompe la cadena

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

TAMAULIPAS.- Ya sabemos que lo que pasa en las redes sociales no se queda en la virtualidad, es volátil, pero no efímero, esa huella digital es el reflejo de la realidad social de lo que somos, de lo que hablamos todos, eso que nos llega por un WhatsApp, vemos en un tuit, en Instagram, Tik Tok o Facebook, nos incumbe a todos y a partir de ahí hacemos la conversación pública.

Nadie quita merito a la importancia de las tecnologías de la información hoy en día, pero como sigue siendo una cancha sin ley, el juego que todos jugamos va sin reglas, y desde ahí podemos juzgar y ser juzgados, tirar la piedra y esconder la mano, ver la paja en el ojo ajeno, pero no el propio, hasta que nos toca.

Y como en la vida real cotidiana, la opinión pública es más dura contra las mujeres, de ahí que se haga un escándalo nacional mediático el hecho de que dos mujeres se líen en un centro comercial local; ¿Por qué nos ocupamos tanto de la vida ajena de las mujeres? ¿Por qué se hizo viral la escena?, acaso no hay en la red más pleitos callejeros entre varones o no hay más grescas en una cancha llanera o en los estadios de futbol, a poco no son risibles las conductas de ellos en la embriaguez, lo son, pero la sociedad machista que persiste prefiere mirar los desaciertos de la mujer por sobre los del hombre.

Sin más contexto que una imagen, la conversación pública se aviva de rumores y conjeturas y con los prejuicios de las masas se enjuicia radicalmente hasta alcanzar el veredicto colectivo. Y todo son risitas, jolgorio y goce ante un acto doloroso para las víctimas.

Recuerdo, como primer video viral de esta era enredada en las redes sociales, la caída de Edgar, un chamaco que sufrió “bullying” por parte de sus compañeros de aventuras, que lo zarandean en un tronco hasta hacerlo perder el equilibrio y caer al río, con las exclamaciones de auxilio: “ya güey, ya güey, ya güey”, ocurrió en el 2006, él tenía 11 años y hoy como adulto cuenta, en sus redes sociales, esa experiencia que le marco su vida.

Explica que fue un acto que le hizo sufrir mucho, que lo acosaban en la escuela, en la plaza y en cualquier espacio público al que iba, que fue muy complicado lidiar con esa exposición y superar la depresión que le causo este accidente, que no solo le afecto a él sino a toda su familia. Casi veinte años después aún “la fama inesperada” le persigue.

La violencia digital, se manifiesta como ciberbullying, sexting, grooming y stlaked, entre otras formas, que exhiben a la víctima y dejan secuelas emocionales y sociales perenes, y cuando esta se ejerce sobre mujeres y niñas les limita el acceso a una vida libre de violencia y el pleno goce de sus derechos como humanas.

Un paso importante para contrarrestar este delito lo constituye la Ley Olimpia, que surge del movimiento feminista y que se consolida como una herramienta que busca prevenir, eliminar y castigar la violencia digital, un nuevo reglamento que ya sabemos no es de uso exclusivo para las mujeres, es de ayuda para toda la sociedad; pero aún falta la sensibilización social.

Por eso y mientras todos aprendemos más sobre el manejo óptimo de la red, sí te llega un video de estos no lo roles, no lo compartas, rompe la cadena para frenar su divulgación. Como comunidad no perdamos el valor de la humanidad ante el dolor de una víctima; ninguna mujer se provoca actos violentos para hacer viral.

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