Sin lugar a duda, la población en condiciones de pobreza ha sido uno de los principales desafíos de la política nacional, el presupuesto público federal se ha incrementado sustancialmente en apoyos para las poblaciones más vulnerables y se han creado programas para las poblaciones jóvenes que hoy enfrentan dificultades para incorporarse al mercado de trabajo, principalmente al mercado formal. Pero, a pesar de ello, los indicadores de pobreza no han mejorado.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2018 la población pobre representaba 41.9 por ciento, para 2020 el total de población pobre era de 43.9 por ciento, esto significa que a nivel nacional la pobreza se incrementó dos puntos porcentuales. Los incrementos en el número de pobres en el país principalmente se deben a un impacto en los ingresos de la población, principalmente de aquellos que se ubican en condiciones de pobreza extrema. Aunque también en carencias sociales se observa que la población que no cuenta con servicios se salud aumentó significativamente durante 2018 a 2020, al igual que el rezago educativo y la carencia alimentaria, mientras que, en el caso de la seguridad social, los servicios básicos y la calidad de la vivienda ha disminuido la población que presentaba estas carencias.
En Tamaulipas, la población en condiciones de pobreza también se incrementó durante este periodo; en 2018, en el estado, 34.5 por ciento era pobre; en 2020 la pobreza se elevó en 34.9 por ciento. Al igual que a nivel nacional, en el estado se observa que la población en condiciones de pobreza extrema se elevó.
Con la pandemia se agudizaron problemas de crecimiento económico, desempleo e inflación, lo que contribuirá en el crecimiento de la población en condiciones de pobreza, tanto en el país como en el estado. Revisando los datos de pobreza laboral del CONEVAL, se aprecia que, al inicio de la pandemia, en el país había 36.6 por ciento de la población que percibía ingresos por debajo del valor de la canasta alimentaria, en el periodo más complejo de la pandemia se elevó a 46.2 por ciento, y en el último año esta proporción ha empezado a disminuir, en el primer trimestre de 2022 representó 38.8 por ciento; si bien no es el nivel observado antes de la pandemia, por lo menos representa un aliciente observar que esta situación ha disminuido trimestre tras trimestre en el último año.
Por otro lado, el tema del ingreso -que es uno de los factores que más ha contribuido en el crecimiento de población pobre en el país-, ha tenido un importante repunte; en el último año este se elevó en 6.7 por ciento, sin embargo, se ubica en niveles de ingreso de hace dos años, es decir, apenas se está recuperando lo que se perdió por efectos de la pandemia.
Con estos datos es claro que los resultados de pobreza no son los esperados, si bien la pandemia ha sido un factor que incidirá en el aumento de población pobre en el país, queda claro que desde antes de la pandemia ya se observaba que la población pobre iba en aumento. Queda claro que los problemas de pobreza en el país no son el resultado de este gobierno, ya que es una situación que históricamente ha enfrentado el país, sin embargo, es responsabilidad de este gobierno la ausencia de una política económica integral que atienda los problemas estructurales del país para sentar las bases que permita que, de forma gradual, comiencen a disminuir la pobreza. Así que los programas sociales de este gobierno contribuyen en el corto plazo en atender a estas poblaciones, pero no representan su solución. Usted ¿qué piensa?
Por Jorge Alberto Pérez