CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Para aprovechar la crisis del agua en la ciudad que reciben por tandeo miles de familias en Victoria, están apareciendo como “hongos” nuevos negocios que venden agua embotellada purificada.
Los nuevos negocios dedicados a la venta de agua en garrafón nacen principalmente en las colonias, donde registran hasta uno por mes en esos sectores de la ciudad.
Así lo constatan los testimonios de personas entrevistadas por Expreso, en un recorrido realizado donde se constata que existen de 3 a 5 negocios dedicados a ese rubro en cada sector, principalmente en aquellos que tienen más población.
Por lo que se estima que en las 334 colonias de la capital tamaulipeca existen de mil a mil 670 negocios dedicados a la venta de agua en garrafones, como popularmente se le conoce.
La mayor cantidad se concentra en las colonias de la periferia, dónde se registra más por la problemática causada por la falta de agua.
Según testimonio de empleados de la empresa «Agua Inmaculada», para instalar un negocio de este tipo se requiere una inversión de 95 mil pesos, gasto, que aseguran se recupera y genera ganancias a corto plazo.
Quien entrega las licencias de operación para ese tipo de negocios, es la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS)
El precio por garrafón de agua varía de 10 a 15 pesos lo cual depende de la zona donde se ubique la potablizadora.
Un negocio de ese tipo genera ventas hasta 10 mil 500 pesos por semana en una media de 100 garrafones qué se venden por día.
Y al mes pueden llegar a recibir ganancias por 42 mil pesos, principalmente en temporadas de calor y estiaje.
Pero no todo son ganancias altas pues en época de invierno y cuando la ciudadanía tiene agua en sus llaves, la venta baja, hasta 40 garrafones diarios.
«Aproximadamente son de 90 o más de 100 botellones los qué llena la gente cuando no hay agua, pero hay otra vez en la colonia y baja la venta».
«Pero sí hay días que hemos estado vende y vende todo el día», dijeron en un local ubicado sobre la colonia Mainero.
Por Antonio H. Mandujano
EXPRESO-LA RAZON