TAMAULIPAS.- Lamentamos la muerte de Olivia, una actriz que fue mucho más que Sandy, ese personaje de los setentas que en el cine formó a toda una era de jóvenes que deseaban ser como ella y siguieron patrones sociales que fortalecían al machismo y la misógina. Olivia Newton-John fue cantante, actriz y activista social, dedicó los últimos años de su vida a una fundación propia que ayudó a la investigación del Cáncer de mama, una que de las enfermedades que cobra la vida de miles de mujeres y que finalmente le causó la muerte.
La fundación de Olivia patrocinó estudios sobre medicina alternativa contra el cáncer. Invirtió en atención a enfermas y sus cuidadoras, buscaba opciones “más amables” para el tratamiento de esta enfermedad, de la cual fue diagnosticada cuando tenía 44 años y la sobrevivió durante 30 años.
Tras su diagnóstico y empoderada por la fama cinematográfica utilizó mucho si tiempo y esfuerzo para visibilizar las distintas problemáticas que una mujer enferma enfrenta, se hizo aliada de la ciencia para estudiar lo que sucede con este mal y como afecta, no solo a la paciente, sino a todo su entorno social, la familia y la comunidad. Como sobreviviente, alentó con su historia a muchas mujeres y enfermos para atender la salud propia como prioridad.
En sus conferencias alguna vez citó que ayudaba a financiar personas y asociaciones para la realización de investigaciones “emocionantes que cambien vidas, que desafían el pensamiento convencional, acercándonos a un mundo más allá del cáncer”. Desde su experiencia, saco fuerza emocional para el mal físico.
Antes de ser diagnosticada con esta enfermedad, se unió a movilizaciones sociales por el planeta, protestó contra la matanza de delfines en Japón, participó con donaciones a la UNICEF, y colaboró en acciones de salud ambiental y de atención a las infancias, en todo el mundo. Hizo mucho más que a Sandy.
Participó en más de veinte películas exitosas, más allá de Grase o Vaselina en 1978 donde personifico a Sandy Olsson, Olivia Newton-John tuvo más éxitos cinematográficos, musicales y televisivos que la colocaron en la fama antes y después de Sandy. Sin embargo, a su muerte, su papel más recordado es este.
Un presentador de televisión dijo que quizás las nuevas generaciones no conocieron a Olivia, porque no conocieron a Sandy, sin embargo, este personaje no es un ejemplo a seguir, mucho tiempo lo fue, pero no hay porque traerla de regreso. Fue una cinta que romantizó las agresiones en el noviazgo, donde se encumbró al personaje varonil por su machismo y donde la mujer, además de ser objeto sexual, fue retratada como un ser inferior, infantilizada para el espectador masculino, luego empoderada desde una falsa emancipación de la mujer que en los roles de los setenta era oprimida por la sociedad patriarcal.
Justo en esa época, mientras Vaselina la película sexista y anti feminista vendía en taquillas la imagen de una chica obediente y un chico malo, en las calles otras mujeres comenzaban nuevas olas de movimientos feministas que luchaban por tirar esos estereotipos de género. Hace un par de años, comunidades estudiantiles de Austria e Inglaterra pedían la cancelación de este film para las nuevas generaciones. Ojalá pronto Sandy sea olvidada y se honre siempre la memoria de Olivia.




