TAMPICO, TAMAULIPAS.- El Barranco de los Alemanes es tal vez uno de los puntos más antiguos del comercio en la ciudad, fue en la parte alta de este lugar hasta donde llegaron las carretas provenientes de la Villa de Altamira, ahí descansaron y comenzaron los primeros trazos de lo que en un futuro sería el Puerto de Tampico.
Han pasado casi 200 años y cientos de historias más que le han dado sentido a la vida del barranco, que pasó de ser un cerro cortado de tajo a una amplia bajada peatonal que une la zona alta con los mercados.
En el 2020 en plena pandemia se llevó a cabo la más reciente remodelación del Barranco, la cual fue beneficiosa para la mayoría de los comerciantes que trabajan en esta zona, algunos tienen más de 40 años de levantar las cortinas.
Enrique Solares, quien tiene cerca de 30 años de vender jugos, ve de forma positiva la transformación de este lugar y de su gente, comerciantes que gracias al esfuerzo y al trabajo diario lograron sacar adelante a una generación de profesionistas, familias que han puesto el corazón en la bajada.
“Antes la bajada era prostitución, aquí hasta la policía te robaba”, señala, destacando que se ha avanzado mucho, pues ahora la gente tiene más confianza en pasar por esta escalinata por la cual caminan vecinos de la Anáhuac, la Morelos, Santa Elena, Moralillo, entre otras localidades que vienen a trabajar o van al mercado.
Por su parte, Don Roberto Primitivo vende huaraches, chanclas y zapatos desde 1967 en esta zona, ha visto como a diario se tiene que luchar para ganarse el pan, ya que la situación económica no le ha favorecido con el cambio de local, pero eso no lo detiene en seguir adelante con su negocio, abriendo todos los días de forma puntual.
Por su parte Don Norberto Santiago del Ángel, quien llegó a la bajada en 1992, se muestra optimista, por que su trabajo cada vez es más conocido, la reparación de calzado de forma manual es algo que pocos realizan de la forma que él lo hace.
“La gente me va recomendando y llegan hasta mi local para encargarme algún trabajo, siempre ha sido un buen lugar para trabajar, pero ahora con más iluminación la gente pasa y tenemos nuevo clientes”, comenta.
Otros de los negocios que han tenido éxito con los clientes, son las peluquerías, de las cuales hay varias instaladas, cada una con su clientela propia, siendo además un espacio para las nuevas generaciones jóvenes que aprenden los secretos para pronto emigrar y abrir su Estética o Barber Shop.
Peluquerías, venta de ropa de segunda, zapaterías y reparadoras de calzado, comida y jugos, son algunos de los comercios que mantienen la actividad comercial de este lugar, que poco a poco se va alejando de los tiempos oscuros que muchos aun recuerdan.
El nombre de las escaleras ha cambiado de Barranco de los Alemanes a Mirador Colón, lo que no cambiará es su historia y es que aquí “en el Alto de Tampico el viejo a los doce días del mes de abril de mil ochocientos veintitrés”, se inicia la historia de nuestro Tampico Hermoso.
Por Luis Fernando Castillo
