CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Con arcos de globos de colores colocados en las portones fueron recibidos los alumnos en los planteles educativos de Ciudad Madero durante este primer día del inicio de ciclo escolar 2022-2023 tras dos años y medio de contingencia sanitaria por el covid-19.
Luego de 2 años sin un inicio formal presencial de ciclo escolar completo, este lunes en Ciudad Madero regresaron a clases 43 mil 500 alumnos.
El jefe del Centro Regional de Desarrollo Educativo en Ciudad Madero profesor Cruz Alberto Sainz Hernández señaló retornaron a dar clases un total de 3, 035 maestros en 296 escuelas, 94 escuelas públicas 196 planteles privados.
“Vemos la alegría de los alumnos de regresar a las escuelas luego de estar más de dos ciclos escolares encerrados en casa con esta pandemia” dijo.
En las escuelas se aplicaron los protocolos sanitarios que incluyeron la aplicación de gel antibacterial, el uso obligatorio del cubrebocas así como la toma de temperatura de cada uno de los estudiantes.
En un recorrido efectuado por lq Razón de Tampico en el caso de la Secundaria General número 1 Melchor Ocampo, fue el propio director, el profesor Eduardo Medina Leal quien en a la puerta de la institución daba la bienvenida a los alumnos.
Momentos antes de cerrar las puertas para presidir los honores, el director le agradeció a los padres de familia que fueron a llevar a sus hijos la confianza en que estudian en esa secundaria y les pidió su apoyo para el proceso educativo.
Mientras que en el caso de primarias como Leona Vicario de Ciudad Madero, una de las instituciones educativas que fue remodelada en el ciclo escolar pasado su directora, la maestra María Guadalupe Argandoña también informó que dado que se superó el número de alumnos en algunos grados, se formarán nuevos grupos.
De nueva cuenta a las afueras de los planteles se observó un gran tráfico vehicular sobre todo por los padres de fanilia que llegaron de última hora.
Madres y padres de familia que se despidieron de sus hijos con besos y dándoles la bendición.
Por Silvia Mejía Elías/ La Razón