Algunos medios con sus respectivos “analistas” presentan a Rosario Robles Berlanga como heroína que venció al supremo gobierno logrando su libertad que ya sabemos, es relativa toda vez que está sujeta a juicio por la dudosa aplicación de cuando menos 6 mil millones de pesos que forman parte de la llamada “estafa maestra”. Desde luego que la permanencia en el reclusorio de la extitular de Sedatu por tres años, es material que bien utiliza la reacción para atacar a la 4T.
La dama merece todo nuestro respeto y en ese sentido lo deseable es que supere el problema para tranquilidad personal y familiar, pero no hay que perder de vista que fue eslabón de una cadena de corrupción integrada por personajes que ahora pretenden pasar inadvertidos, sobre todo en el extranjero, con la esperanza de que doña Rosario no hable más de la cuenta y los involucre como sus jefes que fueron. No olvidéis que recibía órdenes de Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto.
La acusada ciertamente es una mujer valiente que prefirió permanecer tras las rejas que denunciar a sus superiores, pero resignada sigue cargando la cruz, eso sí, con gran dosis de fortaleza. Hasta aquí vamos bien, pero es una exageración suponer que por su actitud o su condición de género será exonerada. Eso no es posible, al menos por ahora que el caso está en proceso de acumulación de pruebas.
Desde luego el retorno a su hogar tiene sentido humano y se acepta como tal, pero insistimos en que doña Rosario participó en forma relevante en los regímenes neoliberales que arruinaron al país, principalmente en el de EPN, aunque su complicidad viene desde los tiempos de Carlos Salinas de Gortari cuando se prestó a perversas maniobras para dañar la imagen del antiguo PRD y algunos destacados militantes, entre ellos Andrés Manuel López Obrador.
Y tan bien se integró al neoliberalismo que CSG la invitó a tomarse la foto en la silla presidencial no sin antes decirle que era tiempo de que una mujer ocupara el cargo más importante de la república. Al parecer doña Rosario se la creyó y quizá hubiera hecho historia de no haber traicionado su formación y activismo de izquierda que le ganó el repudio de los grupos progresistas. En este aspecto veamos el ejemplo de Claudia Sheinbaum, cuya congruencia ideológica ha rendido frutos y está en posibilidades de convertirse en la primera presidenta de México.
Insistimos que la exfuncionaria peñista no es ninguna santa y responsabilidad le resulta por el sospechoso mal manejo de miles de millones del erario que al final de cuentas es dinero de la sociedad. Exageran al llamarla “heroína”, digo, el colmo que en el programa de Ciro Gómez Leyva le propusieran participar como candidata en las próximas elecciones presidenciales.
DESDE CERO
En Tamaulipas Morena empezará otra vez desde el principio. Y es que aquellos que decidieron la dirigencia despreciaron la experiencia de algunos militantes que durante los últimos tiempos en verdad se la partieron para construir lo que la organización significa. No hablamos de anteriores liderazgos que hicieron lo contrario en atención a intereses particulares o de grupo, sino de quienes resistieron y empiezan a ver el fruto de su lucha en algunos municipios.
Los beneficiarios del partido de AMLO en nuestro estado resultaron afortunados por capricho de la suerte, de manera que su compromiso con las bases es mínimo siendo su primera tarea lograr que sus compañeros los conozcan, (y reconozcan), como Yuriria Iturbe Vázquez la nueva líder, que surgió de forma tan rara en el último acto de magia, que hasta sorprendió a los que por encargo la ungieron.
De verdad os digo que en Morena parecen no entender. Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
Dirigencia de puertas abiertas, eliminación del burocratismo sindical, atención e igual trato a todos los maestros; principales exigencias a quienes resulten electos en la sección 30 del SNTE.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA