TAMAULIPAS.- La vida es la presentación de mi yo. Y con el idioma propio que algunos entienden reanudo la guerra. Alterno la estrella con el fondo de un abismo. De lo que uno puede hablar hablo. La lengua puede hablar de eso y de lo otro .
Mi visión está contaminada por el pensamiento y a veces poeta me asomo a decirlo y lo escribo de memoria automática y en desorden. El subconsciente es a un tiempo mi contrincante.
Otras veces el texto cobra sentido y bajo una marquesina o caminando inicio una charla. Soy el que habla. Tengo que decir algo que realmente exista. La visión es una canción en la radio, un reportaje en vivo antes de la existencia. Me lo habían dicho en sueños, en dramas de la lejanía con cierta cercanía.
Uno por uno vemos lo que ya somos. Adentro descubrimos los días iluminados y en tierra establecimos la suerte de horario para el mundo moderno. Para el desarrollo. Dicen.
Perdonado por todos lados, tengo el descaro de promover mi condición humana. Con esta historia. Con todos los olvidos y a como entiendo soy un ser humano. En la literatura puedo leer a guerreros imbatibles , pero también en el drama y el holocausto en todas las imágenes reales . Esto es la calle con nosotros los héroes.
Este es un año importante frente a las paredes por donde pasamos. Lo fue el año pasado. Nos hicimos amigos de la circunstancia que nos recuerda. En aquella época no pensaba en esta ciudad ni en las paredes de un sitio determinado. No era un super héroe de novela. No llevaba una bicicleta.
Nuestra obra son libros donde están recogidas todas las preguntas que nos hacemos. En la próxima calle entre los telegramas dijimos algo fenomenal. La espera valió la pena, pero aquí me tienen, por accidente. Con todos ustedes.
Para sorpresa de todos, existen los segundos. Hay lectores de la vida viendo por la ventanilla de los edificios. Es un diálogo en el momento de las respuestas, desde arriba vemos los jardines consagrados por el tiempo. Nos dicen dos o tres cosas inexplicables.
La libertad asume la frivolidad de sus consecuencias. Hay atascos en Francia y en las calles normales. Hace calor y se plantean problemas físicos por la vía fantástica. Esta es la ciudad y enfrente de mi casa hay un semáforo que resuelve esta tarde.
Busco a ráfagas las primeras escalas de sonido metido a oferta de quincena. Es ruido de la calle. Desde el fondo de mi, puedo dejarme salir un rato. El fuego y el mar es lo mismo, la tendencia de la moda, y cuando la ciudad sea mayor, estaré en el individuo escrito e incorrecto. Diré que el pasado fueron ráfagas de aire ¿Hasta dónde podría llegar?
Descendientes de españoles, de criollos y de indios, hay cromosomas italianos y alemanes por las calles con pequeños faroles en las esquinas. De origen libanes, coreanos, chinos,
Aquí nos hemos sentido locos. En paz y utópicos. No hemos sabido defendernos pues encendemos ensayos en los almuerzos y lo pasamos mejor en un cuento de ciertas certidumbres. Nos movemos al mar, son hechos sobre un río, una pequeña balsa, los caminos de la lógica.
En el plano se tejen historias bellísimas e intensas. La vida sorprende a la vida bajo una casa de cartón tras la pesada losa de concreto. Un segundo después nosotros super héroes pasamos por el aire.
Aún hay cafés silenciosos entre la humedad y la noción insobornable de la mañana más bonita. Estoy atrapado en una taza de café. Podría suceder todo lo que suele suceder. Estoy poseído por la envoltura física del ambiente. Podría decir que soy feliz, pero lo guardaré.
HASTA PRONTO.