TAMAULIPAS.- Después del 1 de octubre, vivirá una nueva etapa el PAN en Tamaulipas. Abandonará su sitio de partido en el gobierno, para transformarse en uno más de las organizaciones opositoras. El Cachorro Cantú –hoy cuestionado por sus correligionarios por considerarlo un líder espurio–, pasará de ser un ente protagónico de primer nivel, a un sujeto político de estatura media en la arena política regional.
Sin el soporte del Ejecutivo estatal, el reynosense, verá –necesariamente– minadas su presencia y su potencia en las contiendas político-electorales por venir.
Un Cachorro mutilado, verá crecer la influencia del único poder azul con legitimidad en la entidad: los presidentes municipales panistas.
¿Qué hará de los jefes edilicios albiazules, las principales fuentes de liderazgos panistas en el estado?
Las principales:
1.- El dramático desgaste, sufrido por los diputados del PAN en el Congreso local. La representación del Coordinador de la bancada en el parlamento tamaulipeco, Moyo García, se ha desgastado. Su incapacidad para mantener la cohesión de una mayoría legislativa comprada, le ha valido severos reclamos dentro y fuera de su partido.
(Se recuerda con tristeza, la presunta bofetada en el rostro propinada por su jefe político, tras el reclamo de la pérdida de dos diputadas de su bando).
Los legisladores, se han fundido en riñas de lavandería contra un MORENA que resistió todo tipo de jugarretas para disminuirlo en el panorama legislativo.
La mayoría de los parlamentarios, al igual que su jefe el Moyo, vieron erosionarse sus capitales políticos.
Son ya, un pasivo incluso para el PAN que se le dificultará elegir candidatos competitivos –de su grupo de diputados locales– para el proceso eleccionario del 2024.
2.- La relación de los alcaldes, con los diputados locales. La mayoría de éstos últimos, fueron apuntalados política y financieramente por los jefes edilicios. Es decir: los congresistas, responderán con mayores afectos a los intereses políticos de sus apoyadores y no, a las propuestas del Cachorro.
De otra forma: ¿qué diputado o alcalde apostará por un factor declinante –como es Cantú– y no por un actor emergente –como son los ediles–?
3.- El PAN, enfrentará una crisis financiera al pasar de partido gobernante a partido opositor. Incluso en las prerrogativas de la autoridad electoral, verá menguados sus ingresos, toda vez que éstos son definidos por la cantidad de votos obtenidos en la última elección. Eso convertirá a los jefes edilicios, en fuentes de financiamiento material y moral para los panismos municipales; las redes clientelares que poseen los alcaldes en sus programas de apoyos sociales, ofrecerán más vigor a los alcaldes que al presidente del CDE panista, sin hablar de otros elementos de patrocinio.
4.- La pérdida del control político de ciudad Reynosa –con la salida del Ejecutivo estatal–, corta otro vector de potencia para el Cachorro Cantú. Sin el Ayuntamiento y sin la COMAPA –poderosos ductos de apoyo económico para el PAN– ya han sido obturados. O sea: día a día, se empequeñecen las posibilidades del comandante panista para desplegar con eficiencia su trabajo en todo el territorio estatal.
¿Quiénes son los alcaldes panistas más influyentes en Tamaulipas?
No hay más: Chucho Nader, de Tampico; Edgar Noé Ramos, de Mante y Maybella Ramírez Saldívar, de San Fernando.
En ellos, está el renovado futuro del PAN en la comarca.
La lectura y la visión del Cachorro -usualmente equivocadas-, llevarían a su partido al retroceso y a la pudrición.
La verdadera y la legítima militancia, tienen la palabra final.