TAMAULIPAS.- A escasos días de la fecha institucional para el cambio del poder ejecutivo no sabemos lo que ha de suceder en Tamaulipas. Es público que el TEPJF mantiene entre sus pendientes resolver sobre la legalidad o no de la elección de junio y el asunto deberá esperar una semana más, pero sea en cualquiera de los sentidos nuevas tormentas se avecinan en un escenario de surrealismo político jamás visto.
Existe un gobernador declarado electo no solo por la autoridad correspondiente, sino por la mayoría de votantes que así lo decidió, sin embargo, su legitimidad dependerá del estado de ánimo de siete magistrados al emitir su veredicto. Hay intereses encontrados dicen, que tal vez influyan y habrá que atenerse a su criterio por más incómodo que resulte. Es la última instancia de un zafarrancho que confrontó a la paisanada durante meses y que por los conocidos intereses se mantiene a fuego lento.
La incertidumbre entonces transita por caminos, brechas y veredas, mientras en sombrías oficinas el misterio prevalece. Los americanistas denuncian irregularidades sin llegar a los detalles que aseguran desconocer, aunque anticipan dificultades como implorando comprensión de quienes podrían resultar afectados. No hay recursos ni para iniciar dicen, pero sí compromisos que cumplir lo cual incluye, además de sueldos y pensiones, reactivar la administración desde mínimos de operatividad.
Señalar carencias no es propio de presuntos funcionarios porque sería como “curándose en salud”. Aquí lo importante es la búsqueda de soluciones con la premura a que obligan las circunstancias. Acusar no tiene sentido porque si va en serio, hay instancias donde se ha de ventilar lo necesario y persistir en el tema inclina a suponer que el grupo representativo de AVA para el proceso de entrega-recepción no es el indicado y menos cuando en áreas sensibles existe prioridad en la conformación de equipos que apuestan al revanchismo.
En este aspecto no extraña el golpeteo sistemático de Héctor Villegas González, supuesto secretario general de gobierno de la próxima administración, quien dibuja desde ahora lo que será la oficina bajo su mando, sea un cuartel para atacar sin tregua a los adversarios, en lugar de procurar la reconciliación después de la batalla que abriera innumerables tumbas de una y otra parte. No está por demás recordar que “el calabazo”, así lo llaman, proviene del ex partido Encuentro Social (del que fue diputado federal), caracterizado por su rabiosa homofobia, discriminador, extremo fanatismo religioso y fascistoide.
Por otra parte, algunos medios nacionales y sus respectivos “analistas” atizan la hoguera. Más por conveniencia que por vocación informativa explotan el morbo y el amarillismo apareciendo como como heraldos del caos y el desastre, en atención a intereses personales y de grupo. En este aspecto la fama de Tamaulipas se acrecienta como tierra de nadie, bárbara y salvaje donde no es posible alcanzar acuerdos civilizados. Y pue-que tengan razón. Ignoramos pues que sucederá de aquí al primero de octubre. De un lado intriga la euforia de los panistas que suspiran porque la elección de junio se cancele y del otro solo escuchamos lamentos, quejas y denuncias en un ambiente donde el optimismo del triunfo parece reducido a frustrante derrota. Y ni modo que sea invento.
NO HUBO ANUNCIO
Américo Villarreal Anaya se comprometió a dar a conocer su equipo de trabajo el lunes anterior y no cumplió. Usted dirá que la cuestión no es tan grave como para dudar de su seriedad y tiene razón, pero estará de acuerdo con el columnista respecto de que el gobernador electo debe cuidar esta clase de detalles que no son poca cosa cuando se asumen ante los medios de comunicación. ¿Qué pasó con el respetillo?.
No cumplió digo, ni siquiera estuvo en la reunión con periodistas, lo cual se explica por su presencia en el congreso de Morena realizado el fin de semana en la CDMX, aunque pudo haber regresado el domingo por la noche, pero bueno aceptemos que lo venció el cansancio, la ubicuidad y quizá el fastidio por tantas “broncas” derivadas de la elección.
Hasta aquí vamos bien. ¿Y qué tal que el no mencionar a los miembros de su gabinete cuando prometió tuvo que ver con presiones del partido al que pertenece?. Recordad que entre los mencionados(as) a ocupar cargos no aparecen morenistas de cepa, proviniendo la mayoría de organizaciones contrarias la 4T, sea panistas y priistas “que no se tientan el alma pa’ conseguir lo que quieren”, como decía mi sagrada abue. Nada más revise el catálogo y se dará cuenta de que a partir del primero de octubre Tamaulipas podría estar durmiendo con el enemigo.
Otro motivo pudiera ser el llamado del mando superior, léase AMLO, para que detenga sus ímpetus hasta conocer la decisión del TEPJF lo cual confirmaría el temor de una posible invalidación del proceso de junio…Dios nos agarre confesados.
SUCEDE QUE
El autor de esta columneja vivió 20 años en la CDMX, tocándole el terremoto del 85 y créalo que se siente “rete-gacho”.
Y hasta la próxima