ESTADOS UNIDOS.- Los enormes sistemas de ciclones con forma de polígono en los polos norte y sur de Júpiter han dejado a los científicos desconcertados sobre cómo mantienen sus extrañas formas geométricas durante años. La primera vez que las detectaron fue en 2017 por la sonda “Juno”. En redes sociales aseguran que podría ser actividad de «extraterrestres», pero eso no tiene mucho fundamento.
En el polo norte del Gigante de Gas, la nave espacial observó un ciclón masivo rodeado de ocho ciclones más pequeños que parecen girar a su alrededor. En el polo sur, existe una estructura similar de ciclones en forma hexagonal.
Ahora, un grupo de científicos, dirigido por Andrew P. Ingersoll, del Instituto Tecnológico de California, ha declarado que puede haber encontrado alguna explicación al extraño fenómeno del planeta, el más grande del sistema solar.
Jupiter's North Pole cyclone storms captured by NASA's Juno spacecraft. Infrared imagery. pic.twitter.com/k0hv1CpqoF
— Valerio Intel (@valerio_eointel) September 23, 2022
Los ciclones en el polo norte de Júpiter aparecen como remolinos de colores llamativos en esta reproducción de colores falsos de una imagen de la misión Juno. ¡Impresionante! (Crédito: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS – Gerald Eichstädt) pic.twitter.com/zDxC1xjft4
— Mar Gómez (@MarGomezH) September 18, 2022
¿Por qué ocurre este extraño fenómeno?
Los científicos descubrieron que parece que «un anillo anticiclónico» entre el ciclón principal y los más pequeños mantiene los cúmulos en sus patrones poligonales únicos, según el nuevo estudio sobre los vórtices del polo norte, publicado en Nature Astronomy.
Sin embargo, aún quedan numerosos interrogantes sobre las tormentas. «No está claro por qué esta configuración es tan estable o cómo se mantiene. Los polígonos y los vórtices individuales que los componen se han mantenido estables durante los 4 años transcurridos desde que Juno los descubrió», continúan los investigadores. «Los patrones poligonales giran lentamente, o no lo hacen», se lee en el estudio, de acuerdo a lo recogido por el diario The New York Post.
Según el estudio, los investigadores utilizaron una serie de imágenes captadas por el Jovian InfraRed Auroral Mapper de Juno para rastrear los vórtices con el ciclón polar y dos de los circumpolares. Sin embargo, los científicos no encontraron lo que esperaban basándose en «suposiciones sobre la dinámica» en relación con «la firma esperada de la convección: una correlación espacial entre la divergencia y la vorticidad anticiclónica».
Según los investigadores, es necesario realizar más investigaciones sobre los ciclones meridionales de Júpiter para conciliar los datos contradictorios.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO