CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Productores agrícolas del Distrito 026 de la frontera tamaulipeca, no permitirán una revisión del convenio de agua entre Nuevo León y Tamaulipas, y advirtieron que están dispuestos a realizar protestas y movilizaciones si la Comisión Nacional del Agua lo permite.
La primer condición para pensar en una renegociación sería que se inicie la obra de un vertedor hídrico que devuelva el agua al rio San Juan y la Presa Marte R. Gómez.
Y es que desde hace años que Nuevo León no ha cumplido con la construcción de una planta tratadora de aguas residuales ni con el ducto que retorne el líquido a la región norte de Tamaulipas.
Lo anterior fue dado a conocer por José Renato García, integrante de la Asociación Tamaulipeca de Usuarios de Riego, quien explicó que para que sus compañeros puedan seguir disponiendo de agua para el riego de alrededor de 64 mil hectáreas localizadas en este distrito, se requiere que Nuevo León cumpla con su parte.
Dejó en claro que sus compañeros del Distrito de Riego se encuentran decididos a realizar una movilización a efecto de oponerse a la revisión del convenio.
En total son 4 mil usuarios y productores de distintas materias del agro, que tienen concesionado un volumen de 553 millones de metros cúbicos de agua para sus siembras.
Sin embargo esta se encuentra en peligro, lo que implicaría a corto plazo un desplome de la producción de maíz.
En el acuerdo federal firmado en 1996 por CONAGUA, Tamaulipas y Nuevo León, se expone que cada 31 de octubre la presa El Cuchillo deberá trasvasar recurso hidráulico si esta excede los 315 mm3 hacia la Marte R. Gómez, en Tamaulipas.
Y también si la última mencionada se encuentra por debajo de los de los 700 mm3, lo que actualmente se cumple.
El último trasvase que se efectuó entre los dos Estados ocurrió en noviembre del 2021, hace casi un año y se enviaron casi 300 millones de metros cúbicos sin problema alguno.
Si los productores del norte de Tamaulipas se quedan sin esta agua, habrán de apostarle a la siembra por temporal, lo que significa que habrá pérdidas en su producción de hasta un 60 por ciento.
Por Antonio H. Mandujano
Expreso-La Razón