TAMPICO, TAM.- Un 14 por ciento de los barcos camaroneros del sur de Tamaulipas se quedarán detenidos debido a que sus dueños no quisieron mandar a las aguas del Golfo toda su flota.
Aarón González, empresario dedicado a este giro indicó que la estadística juega en su contra porque las condiciones no son favorables, por ello, de las 185 embarcaciones que hay en la zona sólo saldrán un estimado de 160, es decir, 25 se quedarán en aguas del río Pánuco.
«Tenemos muchos años, siempre la salida es con una esperanza grande, la naturaleza nos da a veces más, a veces menos, siempre traemos la confianza de que será buena, por números no han sido favorables, sin embargo, a veces para la naturaleza es distinto».
Al mediodía del viernes, acudió el sacerdote Gustavo Solí para bendecir la salida de la flota, en donde participaron pescadores y empresarios.
Las embarcaciones salen este sábado en punto de las 8 de la mañana y comenzarán con sus actividades el próximo 3 de octubre a partir de las 00:00 horas, tras concluir la veda.
Reconoció que ha sido un año difícil de cara a este momento, ya que el combustible es muy caro, así como la reparación de barcos para que no fallen al momento de estar en aguas del Golfo.
«Los costos son muy altos, tienes que subirlos al astillero, darle mantenimiento, ensamblar, es pesado el mantenimiento pero procuramos que todo vaya en orden».
Declaró que, durante el momento más crítico de la pandemia no estaban mal, sino hasta que este 2022 debido a que la gente disminuyó el consumo del camarón.
Además de que la venta de camarón de granja es una fuerte competencia, ya que es mucho más barato.
Añadió que, la temporada de lluvias podría ser un factor positivo para agarrar más producto, ya que el tamaño del animal sigue siendo muy pequeña.
Finalmente, confirmó que han tenido que desprenderse de mano de obra por consecuencia del alto costo de insumos.
«Si las compañías teníamos 20 personas trabajando reduce a 14 y de 14 a 7, sí estamos reduciendo en cuestión de empleo, es complicada la situación económica».
Por Javier Cortés