TAMAULIPAS.- La reunión que tuvo ayer el gobernador Américo Villarreal Anaya con los alcaldes fue el retrato de un momento político muy diferente al que vivíamos apenas hace unos meses, cuando los enconos dominaban el ambiente.
A Palacio de Gobierno acudieron 42 alcaldes de Tamaulipas, la gran mayoría emanados del PAN, nueve de Morena -los de los municipios más grandes en términos poblacionales y económicos- y unos cuantos del PRI.
Luego de escuchar las peticiones más urgentes de los municipios, Américo perfiló lo que va a ser su relación con los presidentes municipales, una relación institucional sin intermediarios ni prejuicios partidisras.
Más de uno de los asistentes agradeció el hecho de haber sido invitados por primera vez a la sede del poder estatal, pero a los ediles -des- de los escépticos hasta los optimistas- debería quedarles claro que más allá de la evidente cordialidad, la relación con el gobierno del estado debe sustentarse en la corresponsabilidad.
Su obligación es dejar atrás la polarización que vivió la entidad pa- ra dar resultados inmediatos. Así lo exige la sociedad.