TAMAULIPAS.- No es secreto que el clero católico es cómplice del poder económico y social. Antes también fue del político solo que se cruzó la 4T y decayó su influencia. No extraña entonces la defensa del episcopado a favor del INE que como sabéis, acumula sospechas de manipulación y engaños durante la época neoliberal. Uno de los ejemplos repetidos es el robo de la presidencia a AMLO en el 2006 pero hay muchos más que contradicen la presunta democracia del organismo.
La iglesia pretende que prevalezcan los vicios y las trampas que permitieron el control de los grupos que escudados en el cristianismo se apropiaron de la riqueza nacional. Y ni modo que sea invento cuando en las revistas “del corazón” la jerarquía religiosa con frecuencia aparece al lado de los ricos más ricos quienes no escatiman inversión para adquirir toda clase de indulgencias que también aplican en asuntos terrenales, es decir negocios que nada tienen que ver con la gloria celestial, pero si con el dinero contante y sonante inducido por el demonio.
En México el clero siempre ha sido opositor al cambio y ni como negar que justificaron la sanguinaria y cruel invasión gachupina y de ahí en adelante lo encontramos en los movimientos de Independencia, Reforma y la Revolución de 1910. La inquisición condenó a Hidalgo y asesinó a Morelos y a otros héroes cuyo sacrificio edificó la república y sus instituciones. Impuso como “emperador” a Agustín de Iturbide, fortaleció la dictadura porfirista, bendijo los crímenes de Madero y Pino Suárez, celebrando una misa especial a raíz del hecho en la cual Victoriano Huerta comulgó “para limpiar su conciencia de pecados”. (Dícese que “el chacal” de tan ebrio “y enyerbado” que se encontraba, varias veces vomitó la hostia ofrecida por el arzobispo José Mora del Río. Logró diluirla gracias a un ”buche” de vino de consagrar.
Fue la misma iglesia que armó la mano de José de León Toral para asesinar a Álvaro Obregón, así como a miles de fanatizados campesinos que encontraron la muerte durante “la guerra cristera” aprobada sin el menor sentimiento humanista por el papa Pío XI.
En nuestro país eso de la separación de la iglesia y el estado parece no funcionar. De otra forma no se explica que, siendo gobernador del Edomex, el expresidente Peña Nieto haya acudido a El Vaticano para anunciar al papa Benedicto XVI su decisión de casarse con Angélica Rivera cuyo matrimonio con José Alberto “el güero” Castro contenía presuntas irregularidades por lo que debió ser anulado, según el sospechoso criterio de la Arquidiócesis. ¿Y qué tal cuando Juan Pablo II fue a Los Pinos a ofrecer una misa en honor de doña Cuquita, madre de José López Portillo?.
El asunto es que el clero está indignado por la iniciativa de reforma electoral sin quedar muy claro su derecho de intervenir en política de la forma y manera como lo pretende. Asegura que es “regresiva y representa un agravio para la vida democrática por estar destinada a afectar la representación y el equilibrio de las minorías y mayorías llevando el control de los comicios hacia el ámbito del gobierno federal, afectando su gestión presupuestal, eliminando su autonomía y su imparcialidad partidista”.
Si a los obispos integrantes del Episcopado tanto interesa la democracia y el equilibrio político, ¿por qué callaron ante los fraudes cometidos por las autoridades electorales señalados por la sociedad civil en incontables ocasiones? …pelaos estos.
LA TORTILLA DE “EL MEME”
Esta es una anécdota que ha transcurrido por diversas generaciones de la picaresca tamaulipeca…Una mañana de abril al inicio de los setentas, desayunaban en el restaurant del legendario Hotel Regis de la CDMX, Marciano Aguilar Mendoza, Juan José Guevara López y Manuel “el meme” Garza González. Por supuesto los temas tenían que ver con la política estatal y sus diversos actores, entre los que destacaban los señalados debido a su relación con el régimen encabezado por don Manuel A. Ravizé.
Marciano disfrutaba enchiladas verdes con crema y pollo, Juan José machaca estilo Chihuahua y “el meme” tres huevos rancheros con harta salsa y tortilla grande recién hecha como base. Desde luego café a discreción lo cual significaba varias tasas por cráneo.
Los señalados personajes, con la simpatía norteña a flor de piel, y debido a su elocuente plática atraían la atención de los presentes que no vacilaban en celebrar sus ocurrencias que resonaban en el visitado lugar.
Sus compañeros terminaron el almuerzo, no así Garza González cuya conversación se prolongaba por el sinfín de incidentes que la hacían más sabrosa. Cierto, había consumido los huevos, pero quedaba “lo más mejor”. Fue entonces que Marciano le preguntó: “oye Manuel, ¿te vas a comer esa tortilla o me la chingo yo?”.
“Mira cabrón, respondió, por esta tortilla me parto la madre contigo y con cualquiera de los que están aquí, así que deja de estar jodiendo”…eran otros tiempos.
SUCEDE QUE
En Derecho Victoria de la UAT no habrá reelección perfilándose como nuevo director Edy Izaguirre Treviño quien como magistrado del Tribunal Electoral defendió la causa morenista del congreso local. En tanto Taide Garza Guerra aseguró la comisión de Derechos Humanos en la entidad…“Pos que bueno”.
Y hasta la próxima