TAMAULIPAS.- A un mes de gobierno de Américo Villarreal Anaya, empezaron las evaluaciones. La mayoría de los encuestados -por la empresa Electoralia- dicen que la está haciendo bien, en su forma de gobierno: 66 lo aprueban y 34 lo desaprueban-; que empezó fuerte. Dónde comienzan los datos inquietantes es sobre la pregunta, de si el Ejecutivo estatal eligió bien a su Gabinete.
Un poquito más de la mitad de los interrogados, dice que sí; un poquito menos de la mitad afirma que no: 56 aprueba y 44 desaprueba.
¿Qué interpretación hay que darles a esas opiniones ciudadanas?
1.- Los tamaulipecos, suponen que el Gabinete debió tener mejores estándares de confianza, de talento y de conocimiento. Es decir, para la gente de a pie, pudo haber estado de mayor estatura -política o ideológica- los colaboradores más cercanos a Villarreal Anaya.
Lanzo unas hipótesis:
¿Es ese escozor ciudadano contra los secretarios, delineado por aquellas demoledoras campañas negras contra quienes se asegura, son parte de la estructura guachicolera?
¿Mermó la fe ciudadana en un segmento importante de la IV T del gobierno estatal?
¿Impactará esa señal popular, en las opciones políticas el 2024?
¿Aportará beneficios el Gabinete como candidatos en el 2024, con esa evidente percepción ciudadana de que no son personas de lealtades plenas?
2.- De la visión ciudadana inscrita en esos datos, destaca el voto democrático que sigue firme con el gobernador: 66 aprueba y 34 desaprueba. Es decir: nada desdeñable, para empezar su gobierno.
¿Qué explicación dar a la consideración ciudadana menor, sobre los miembros del Gabinete?
Varias se pueden desprender de esa consideración: no basta la confianza que el gobernador puso en esos colaboradores; es necesaria, su legitimación ante la opinión pública.
¿Es posible dar un vuelco a favor de los hombres y mujeres del gobernador, en las calificaciones ciudadanas por hoy instaladas en la media tabla?
Sí.
Evidentemente: se puede.
(En mucho, el despliegue del Plan Estatal de Desarrollo, será el instrumento para validar en la realidad, a lo más destacado de los colaboradores del Ejecutivo estatal).
No se ve otra forma más eficaz y práctica para que el Gabinete de AVA, escale los índices de confianza que la población tiene hoy de su elección, que resultados positivos y palpables, en sus respectivas áreas.
Una razón debe motivar a ese equipo cercano del gobernador: ese bono democrático del 66 % puede erosionarse. Ejemplos de ellos hay muchos: Francisco García Cabeza de Vaca, es el ejemplo más cercano; inició con casi el 70 por ciento de aceptación social y a medio gobierno ya se sufría para mantener apenas un 40 del consenso ciudadano.
En mucho, ese retroceso de las simpatías populares, fue abonado por el mal trabajo de su Gabinete. Los Secretarios de Educación y de Salud, mucho ayudaron a destruir la red de apoyo popular del reynosense.
Por una razón fundamental: el Gabinete, es la mano operativa del gobernador; en mucho, esa urdimbre gubernamental -y lo que ella haga-, es el rostro de las administraciones estatales.
El equipo de gobierno de AVA, fue recibido a tres días de su llegada, con escepticismo. Esos números (66-34), son para alertar a esa parte del Gobierno estatal, que los ciudadanos son más exigentes, más vigilantes.
Pronto, habremos de ver, si fueron capaces de recuperar el afecto ciudadano.
De otra forma: presenciaremos, si son capaces de ayudar y no de perjudicar a su Jefe.