Al Congreso de Tamaulipas se le acabó el tiempo. El 15 de diciembre concluye el actual periodo ordinario, por lo que si acaso, celebrará tres o cuatro sesiones más en el Pleno antes de irse a las vacaciones de diciembre. A la bancada panista le ha salido bien el plan de retrasar lo más posible la agenda parlamentaria para que no sea durante el 2022 cuando se aprueben las reformas a la Ley de Aguas y a la Ley de Seguridad Pública, ambas prioritarias para la gobernanzas del Poder Ejecutivo.
La primera busca quitar los candados para que el gobernador pueda remover y nombrar al Gerente de la Comapa Zona Conurbada, como se hacía hasta hace unos meses. La segunda pretende echar abajo las modificaciones que se le ocurrieron al régimen cabecista para trasladar a la FGJ el control de la videovigilancia en el estado y de la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica.
Ambas modificaciones están relativamente al alcance del grupo parlamentario de Morena porque por
tratarse de leyes secundarias, solo se necesita la mitad más uno de los diputados presentes en la sesión para que sean aprobadas.
Eso explica el nerviosismo del PAN y su muy particular estrategia para evitar que, inexorable, llegue el momento de perder el control de los organismos en los que todavía manda el grupo que dejó el gobierno hace ya dos meses.
A las chicanas panistas, bien conocidas desde el periodo anterior, debe sumarse la indolencia de la bancada morenista que avanza sin rumbo en espera de que una fuerza superior les resuelva sus problemas. Dentro de unos días, llegará al Congreso el Presupuesto de Egresos del Ejecutivo y la Ley de Ingresos, que se sumará a las leyes municipales que siguen atoradas.
Es decir, la carga de trabajo, del Legislativo aumentará y esa será la excusa perfecta para seguir pateando el bote hasta que llegue el 15 de diciembre, y se instale la Diputación Permanente, para reeditar el pleito del verano pasado que prácticamente paralizó la actividad legislativa durante meses.
Por lo pronto, la aprobación de algunos incrementos en los valores catastrales de los municipios de Reynosa y Matamoros, que contó con el voto a favor o la abstención de algunas diputadas panistas -incluida la presidenta de la Delegación de ese partido en Reynosa- arrojó algunas pistas que podrían dar luz a la estrategia morenista. La clave para convencer a esas legisladoras fue el Cabildeo directo de los alcaldes Mario López Hernández y Carlos Peña Ortiz.
¿Será esa la solución a la ineficiencia del grupo parlamentario de Morena?
LA EXTRAORDINARIA
También al Senado se le vino el tiempo encima. Una vez más, se ofreció que sea durante la sesión de hoy cuando se convoque a la elección extraordinaria, pero lo cierto es que las diferentes bancadas han alargado las negociaciones porque no ha sido fácil llegar a un acuerdo.
El problema de fondo es que ningún partido tiene el interés suficiente en preparar una elección extraordinaria para competir por una curul en la Cámara Alta: hay mucho que perder y poco que ganar.




