En el ya lejano 2018, José Ramón Gómez Leal se quedó cerca de ser el candidato de Morena a la Senaduría por Tamaulipas.
Al final, quedó en segundo lugar de las encuestas que favorecieron al ahora gobernador Américo Villarreal Anaya, quien venció a los Cabeza de Vaca en una contienda muy compleja.
Ese buen posicionamiento en los sondeos le ayudó a JR a convertirse en el primer “super delegado” de la entidad.
Pero además, desde hacía algunos años había tejido una buena relación con figuras de Morena como Ricardo Monreal -en aquellos años pieza fundamental al interior del partido- y era bien visto por el mismo López Obrador.
Como haya sido, aprovechó la llave de los programas federales para apuntalar una estructura electoral al servicio de Morena, pero también al suyo.
Esa red territorial, que no pudieron agenciarse ni Rodolfo González Valderrama, ni Luis Lauro Reyes, le sirvió para volver a salir bien posicionado en las encuestas internas para definir la candidatura por la gubernatura, donde volvió a ser superado por Américo.
Y ese capital también fue una de las fortalezas de la campaña ganadora del 2022.
La fuerza política de José Ramón Gómez Leal en el estado no es poca cosa, y sólo así puede explicarse que la Comisión Nacional de Elecciones del partido haya tomado la decisión de darle la candidatura, a pesar de su parentesco político con el ex gobernador Cabeza de Vaca, principal “adversario” (como dice el presidente López Obrador) de la 4T en Tamaulipas.
Si sabe amigarse con las diferentes tribus morenistas (no será fácil, empezando por Reynosa) tendrá un camino relativamente accesible hacia una victoria que las urnas le han negado muchas veces.
Su adversaria, si no hay cambios de última hora, será otra fronteriza: Imelda Sanmiguel, quien abanderará la reedición de la alianza Va por Tamaulipas.
La diputada local podría aprovechar el receso legislativo, que concluye hasta el 15 de enero, para hacer campaña a partir del 28 de diciembre porque la ley no la obliga a dejar su curul para participar en la elección.
Imelda Sanmiguel se impuso en la competencia interna a su paisana Yahleel Abdala por una razón muy concreta: el rechazo de los priístas para apoyar a quien fuera su dirigente estatal.
BANCADA PANISTA ESTÁ ROTA
Ayer por cierto, en el Congreso del Estado la bancada panista dio otra muestra del resquebrajamiento crónico que padece.
En su primera sesión, la Diputación Permanente puso en el orden del día la contrarreforma para devolver a la Secretaría de Seguridad Pública el control del CAIET, el C4 y el C5, que los panistas con apoyo del PRI habían traspasado a la Fiscalía General de Justicia.
La iniciativa enviada por el Ejecutivo -y congelada por el presidente de la Jucopo, Félix García- fue aprobada gracias al apoyo de Gustavo Cárdenas de Movimiento Ciudadano, pero también a la abstención de dos diputadas panistas: Sandra Luz García Guajardo y Mireya González.
Las mismas que en el Pleno votaron a favor de la Ley de Aguas que permitió derribar el blindaje que le habían puesto a la Comapa de la Zona Conurbada.
A “Moyo” y “Cachorro” los están dejando solos.
Por Miguel Domínguez Flores




