CIUDAD MADERO, TAMAULIPAS.- Más de 100 trabajadores del Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Honorable Ayuntamiento (SUTSHA) de Ciudad Madero, se convirtieron en Santa Claus y duendes para entregar regalos a niños de este municipio.
En la entrega estuvo presente el secretario general del gremio, Azael Portillo Alejo quien agradeció a la ciudadanía el apoyo otorgado durante este año, asimismo brindar momentos de alegría, principalmente a los más pequeños de los hogares maderenses.
Iniciaron sus labores disfrazados para atender las 32 rutas establecidas en todo el municipio, obsequiando a su paso las tradicionales “bolsitas” navideñas de dulces y golosinas, siendo bien recibidas por los vecinos de las diferentes colonias y fraccionamientos.
“La verdad que mis compañeros siempre están dispuestos a sumarse a las buenas causas, a dar más de ellos mismos, a compartir su tiempo y esfuerzo con una sonrisa, estoy orgulloso de la gran familia SUTSHA a la cual integro, con el afán de mejorar día a día en beneficio de los maderenses, de la niñez que es para quienes va dirigida estas acciones, les deseo a nombre de mis compañeros una feliz navidad y un mejor año 2023”, dijo el líder de los trabajadores municipales.
Papa Noel, Santa Claus, Rodolfo El Reno y hasta el malhumorado duende “Grinch”, fueron los encargados de recolectar la basura este sábado 24 de diciembre previo a la Nochebuena y Navidad a bordo de las unidades de limpieza, las cuales fueron adornadas con esferas, pinos y hasta muñecos de nieve, animando con ello el espíritu navideño de la gente que salió de sus domicilios a presenciar esta espectacular manera de realizar sus labores.
Por último, Azael Portillo reiteró el permanente compromiso de todo el personal que conforma al SUTSHA, trabajadores de las diferentes áreas al servicio del Ayuntamiento de Ciudad Madero, “quienes diariamente cumplen sus encomiendas con honestidad, lealtad y resultados favorables, coadyuvando decididamente con la Administración Municipal que preside nuestro alcalde Adrián Oseguera Kernion”, concluyó.
Por Javier Cortés / La Razón