Arrecia la campaña contra Claudia Sheinbaum y no es difícil suponer que en gran medida proviene de la derecha conservadora cuyos integrantes desean que cualquiera suceda a AMLO, menos la jefa de gobierno de la CDMX. Tienen sus razones considerando que la hembra ha dado suficientes muestras de su devoción por el proyecto transformador y su apego a la causa mayoritaria. Está de lado de los pobres y grupos marginados siendo motivo suficiente para convertirse en la enemiga a vencer por el neoliberalismo.
Está claro que los reaccionarios carecen de un candidato(a) presidencial con la capacidad, calidad moral, carisma e historial con el cual vencer a Morena. De ahí que no queda más remedio que impulsar de alguna forma a otro (a) “que baje rayitas” a la actitud del supremo gobierno calificada por ellos de “extremista” al compararla con regímenes de países como Nicaragua, Venezuela, Cuba, Bolivia, incluso Rusia.
Los neo porfiristas están atrapados en su propia descomposición que los conduce al rechazo popular y numeritos hablan: el partido de AMLO domina 21 entidades (más SLP del Verde Ecologista convertido en aliado incondicional), siendo probable que en junio obtenga el triunfo en Coahuila y Edomex. En tanto el PAN tiene presencia solo en cinco estados (Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, Yucatán y Chihuahua. No es secreto que en este último “andan de la greña” el exgobernador Javier Corral y la titular del ejecutivo Eugenia Campos Galván, ambos panistas, debido a que el primero acusó de corrupción al priista César Duarte Juárez quien debió refugiarse en EU pero extraditado y encarcelado. El desacuerdo consiste en que la actual gobernadora pretende su libertad debido a que fue su protegida. Ahora mismo el conflicto entre ambos se agrava con la detención de quien fuera fiscal anticorrupción de Corral).
Lo cierto es que los conservadores van en caída libre. En este sentido no extrañemos que tras las elecciones de junio próximo el PRI solo quede con Durango, después de haber sido semillero de corrupción, inmoralidad y traición desde los tiempos del Nacional Revolucionario y del Partido de la Revolución Mexicana. Con dignas excepciones como la de mi general Lázaro Cárdenas del Río.
Quedamos en que la reacción intensifica la guerra contra la jefa de gobierno de la CDMX acusándola de anticipada campaña lo cual podría conducir a ser nulificada por el INE como probable candidata presidencial. Es lo que quisieran medios de comunicación y “anolistos” que no escatiman calificativos contra esta mujer que como activista coloca en duda la tradición de que solo los varones pueden acceder a la máxima responsabilidad republicana.
Ya sabemos que los conservadores son profundamente discriminadores, homofóbicos y racistas y no lo ocultan, incluso en el caso de AMLO a quien no bajan de “indio”. Desde luego el Presidente responde agradeciendo a “los fifis” poner de moda a los “nacos” lo que motiva a valorar la enorme riqueza cultural y espiritual de los pueblos originarios. Es decir, la herencia de nuestros antepasados.
Sea como fuere los traidores a la patria no se saldrán con la suya. No entienden (“ni entenderán” como dijo don Teofilito), que la transformación incluye la posibilidad de que el supremo gobierno sea dirigido por una hembra con la autoridad moral e ideológica de Claudia Sheinbaum.
DIA DEL PERIODISTA
El cuatro de enero se conmemora en México el día nacional del periodista que fuera instaurado por el gobierno de Plutarco Elías Calles (1926), en honor de Manuel Caballero quien revolucionó al gremio siendo considerado el padre del arte de reportear enfocando su tarea hacia la crítica política y económica durante el porfiriato. De espíritu liberal defendió el federalismo, la soberanía popular y combatió la intervención de la iglesia en asuntos del estado.
En otros tiempos en Tamaulipas la fecha era celebrada con entusiasmo tanto por autoridades como por quienes ejercían el oficio, sin embargo, decayó al grado de ser ignorada por completo en los dos sexenios anteriores debido al evidente repudio oficial hacia los informadores, muchos de los cuales hubieron de soportar presiones y maltrato por el único “delito” cumplir con su trabajo y vocación.
Ahora suponemos que la celebración volverá a tener el brillo de antaño. Ojalá y así sea para que las nuevas generaciones sepan que hubo épocas en que pensar diferente y reflejar la realidad con ética y veracidad no eran motivos para que los periodistas fueran considerados enemigos del gobierno.
Fueron días en que los funcionarios de cualquier nivel podían ser cuestionados de manera libre y valiente en honor al compromiso de informar. Y es que el periodista era también agente de cambio social.
Un poco de optimismo por el año que inicia nos hace confiar en que la relación entre informadores y el poder en turno será otra vez entre iguales.
SUCEDE QUE
Díganle al “JR” que el pueblo ya aprendió a votar.
Y hasta la próxima
Por Max Ávila