La elección extraordinaria por la senaduría vacante de Tamaulipas, plantea claramente la disyuntiva en la que está el panismo en la entidad: salir a votar o dejar que los residuos cabecistas sigan perdiendo, con el riesgo de ser arrastrados al fondo del cieno.
La derrota de junio pasado no quita al blanquiazul el hecho de ser la segunda fuerza política del estado, a pesar de que desde el poder el grupo de los Cabeza de Vaca haya hecho todo por avasallar a los militantes en aras de lograr sus propósitos de controlar todo.
Si desde antes de la campaña ya se advertía una dirigencia estatal de membrete, en la que Luis René “Cachorro” Cantú no acertaba a encontrar el camino para llevar al partido al mejor lugar en las preferencias ciudadanas, ahora las cosas son peores.
Con un proceso electoral en marcha y con los golpes mediáticos recibidos por la camarilla que manejó al partido a su antojo, imponiendo inclusive a “Cachorro” nuevamente como encargado de la dirigencia, los panistas tradicionales que fueron desplazados de la toma de decisiones durante el cabecismo esperan que el efecto no sea tan grave.
La mayoría del panismo tamaulipeco que no fue tomado en cuenta por Francisco Cabeza de Vaca, su hermano Ismael y sus cercanos, tiene la duda de salir a votar por la candidata de la coalición formada por el PAN con el PRI y el PRD o dejar pasar esta elección.
Los comicios, ya se ha dicho, no son tan atractivos como los procesos electorales anteriores, pues además de carecer del elemento de interés que despierta la disputa de un Ayuntamiento o de la gubernatura, se realizarán en un momento en el que el desgaste de la anterior campaña sigue notándose.
Por eso, el trabajo que tienen delante suyo Imelda Sanmiguel Sánchez y Gina Barrios González es arduo, pues entre el maltrecho panismo que sobrevivió al cabecismo siguen abiertas las heridas provocadas por el avasallamiento, por el atropello provocado por la soberbia del grupo gobernante en el sexenio anterior.
La disyuntiva de ir a la elección a apoyar la fórmula aliancista con la mira puesta en mantener en buen nivel el número de votos de la coalición y en especial del PAN, como eje de la oposición en Tamaulipas es una alternativa, pero ello alentaría las ansias del cabecismo de eternizarse ahí.
Por otro lado, si los panistas no salen a sufragar y dejan el camino libre a Morena, el mensaje que se envíe a la opinión pública será contrario al interés de recuperar el partido y de fortalecerse de cara a la elección federal de 2024.
¿Es complicado? Sí, pero seguramente optarán por salir a votar, quizá en menor cantidad que en la elección pasada pero con la mira puesta en querer demostrar que siguen siendo quienes mueven al partido a pesar de lo que haya hecho Cabeza de Vaca, inclusive, sostener en la dirigencia a “Cachorro” Cantú. Después de eso, lo que sigue es lograr que Cantú se vaya por su propio pie o forzado por las circunstancias.
MC QUIERE CONSOLIDARSE ESTE AÑO
Aunque Movimiento Ciudadano (MC) no presentó candidato en la elección extraordinaria que está en marcha, el partido considera que la estrategia es acertada porque pretende consolidarse este año como una opción política atractiva.
Platicando hace días con Emilio Pozo González, quien recientemente fue designado presidente de la fundación Municipios en Movimiento en Tampico, me decía que apenas pasen estos días se enfocará en la formación de una estructura territorial y hacia el interior del partido.
El objetivo es acercar a personas que tienen interés en integrarse a MC para trabajar en su fortalecimiento y prepararse ante los compromisos de 2024.
Pozo, quien conoce el segmento de personajes que pueden sumarse a Movimiento Ciudadano en la zona, dice que el potencial que tiene MC en los siguientes compromisos es enorme, porque no trae el desgaste de los demás partidos, incluyendo el gobernante en el país.
Tiene mucho sentido ese argumento, pero también es cierto que el hecho de no participar en la elección extraordinaria le beneficia en su plan de fortalecerse. Vamos a ver cómo le hacen.
POR TOMÁS BRIONES
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