El arte duele, el sentimiento del color y las líneas es un campo abierto para los ojos y el corazón. El arte duele porque penetra con sus garras el espacio vital de los espectadores y porque la existencia de un artista es parte del espectáculo de la creación.
El arte puede ser un brusco al activar de la memoria y un encuentro con lo celeste, en el ámbito social en que se desarrolla, al fin el arte, es sus aristas nos compromete de distintas maneras. Se dice del compromiso social del artista, más bien es el compromiso estético donde se deriva el poder del arte.
Charlo conmigo mismo, porque recuerdo el calor y el color de una artista de Matamoros, Tamaulipas, Daniel Maldonado, formado en el Instituto de Artes de esa ciudad y fogueado en la enseñanza y las exposiciones, ya de aventura, ya con la prestancia de museos y galerías en su ciudad y los Estados Unidos.
Daniel Maldonado pintor, promotor, educador, fue un artista de gran empeño en sus tareas y proyectos. Primero su dibujo, alternativo en el realismo y lo geométrico, el uso del collage, y la entidad de su poética de un expresionista urbano, de casa y galería a través de sus múltiples retratos.
En Brownsville , Texas, integra una magnífica escuela de artes que poco a poco ganó prestigio en el Valle de Texas, esfuerzo indiscutible, una labor formidable no sólo en las artes visuales sino que su convocatoria abarcó la música y el canto, trinchera en la frontera de calidad y difusión cultural.
Daniel Maldonado era convocador de artistas, a su trabajo convergen algunos artistas plásticos no solo de los Estados Unidos también de México y concretamente del Estado de Tamaulipas, convergencia que permitió estar bajo los faros de la crítica, la admiración de su trabajo y la de sus compañeros de oficio.
Desde hace más de treinta años tuve la fortuna de conocerlo y de compartir ilusiones artísticas
Para entonces entraba en el difícil camino de decidir la verdadera vocación de un arte urbano y un arte de galería.
Daniel se inclinó por el trabajo personal, y su trabajo maduro a grandes saltos desde un realismo mágico con las formas y tradiciones de la pintura mexicana hasta la reducción abstracta y geométrica de sus formas, sitio, territorio que no abandono jamás para representar el verdadero sentido de su encomienda expresiva.
Vital en sus retratos, definitiva en sus esquemas y geometrías del rostro cercano a los abstractos, riqueza del color y encuentro de las líneas, Maldonado se convirtió por madurez en un artista de renombre en Texas, del Sur de los Estados Unidos que se convirtió en su casa desde donde abrió la ventana a su arte y a la obra de mucho de nosotros en galerías y museos de Texas.
Creo que Daniel Maldonado, es una parte de nosotros no solo por el sentido del arte y sus multiplex salidas y reporesentaciones, parte de nosotros por su interés en dar a conocer la obra de muchos jóvenes artistas y res poetar la obra de otros artistas tamaulipecos que ascendían a mejores esferas de representación estética.
Daniel Maldonado ya no está con nosotros y sentimos ese dolor que embarga a todos los que admiramos y seguimos su obra plástica.
Fue un hombre de empuje y de búsqueda para encontrar. En los días de Navidad del año pasado, fue víctima de un asaltos en la Ciudad de Brownsville que lo dejo en mal estado, para que posteriormente tras un días de supervivencia, tomo los caminos del cielo, el de los artistas que encuentran en Dios, la última exposición.
Quiere desde estas páginas saludar a su trabajo, cantar como los poetas a sus musas, a sus personajes, a sus niños y niñas que bajo su tutela encontraron la dignidad del arte como una de las expresiones más intensas del ser humano.
Escribo esto, con la emoción de los mejores días con Daniel Maldonado, tal vez mi memoria no
recuerde mucho a lo mejor de mi amigo, pero si quiero recordar a este artista tamaulipeco que llevo nuestro orgullo de ser, tan nuestro, de una expresión genuina de arte en frontera, con la gama de creadores, de excelentes artistas que se forjan en frontera donde formamos parte.
Siento en el alma la desaparición de Daniel Maldonado, tosidos tenemos un camino, algunos lo escogemos, otros, los selecciona la fatalidad.
Duele, el arte duele porque enmarca a una persona, a un ser humano de bondades, como lo era Daniel Maldonado. Publicamos algunas obras de su creación, y pensaremos en el futuro próximo en un libro La Piel de la Memoria, de su obra. Descanse en Paz el buen Daniel.
Por Alejandro Rosales Lugo