El Instituto Tamaulipeco de Becas y Crédito Educativo (ITBAEC); realiza acciones para recuperar una cartera vencida de 40 millones de pesos que cerca de 11 mil estudiantes recibieron a través del programa crediticio.
Juan Guillermo Mansur Arzola, titular del instituto, dijo en entrevista que los créditos educativos no tienen un impacto reciente de no pago, por la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, “Por dos años o dos años y medio, no hubo becas, se suspendieron”.
En ese sentido, dijo que se trata de créditos que tienen más de 10 o incluso 12 años de antigüedad, son apoyos que reciben solo alumnos o estudiantes universitarios, cuyo compromiso es pagar el crédito de 3 a 5 mil pesos que reciben mensuales, por espacio de cinco años, una vez que se incorporan a la actividad laboral.
De dichos montos, de 3 mil a 5 mil pesos mensuales, cada alumno recibía en promedio 10 mil pesos al año, es decir 50 mil pesos en los cinco años que dura una carrera profesional.
Reconoció que están tratando de ubicar a los acreditados, incluso revisando en las nóminas del Estado o de algún municipio, para ver si se encuentran laborando y vía nómina se descuente el crédito educativo.
Se busca recuperar el monto citado de 40 millones de pesos, para volver a entregar créditos a nuevos alumnos, de los 11 mil créditos en cartera vencida, un 40 por ciento se ubica en Ciudad Victoria.
Insistió en que ya realizan acciones para localizar a las personas que deben y recuperar los montos, sin que hasta el momento se tenga considerado subirlos a la plataforma de buró de crédito, primero buscarán conciliar y recuperar el recurso.
Aseguró que a partir del 19 de febrero estarán reactivando todas las actividades y servicios del ITABEC, para ver los apoyos a estudiantes que cursan los diversos niveles educativos en el Estado.
Sobre el manejo de las becas durante la pasada administración, dijo que el área es muy sensible, porque cada apoyo está dirigido a un alumno y tiene la supervisión de los padres de familia, “no se puede entregar ningún cheque sin la supervisión del padre”.
POR NORA ALICIA HERNÁNDEZ