CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- “La vida tarde o temprano te dirá cual es tu lugar”, dice un famoso dicho y aplica en todo, en aspectos personales, profesionales y hasta el deporte. Y es que no es necesario que desde los 2 o 3 practiques algo, pues sin duda, cuando eso es para tí, para ti será y triunfarás.
Claro ejemplo es el de Ana Sofía Guevara Ramírez, quien empezó en el taekwondo cuando tenía casi 7 años y todo fue por obra de la casualidad… el destino y su vida ya estaba destinada para esto y desde entonces, pareciera que llevara desde antes de nacer en este deporte.
¿Por que casualidad el cómo llegó al taekwondo? Ana Sofía enfocada en sus estudios no tenía ni idea de este deporte; un día de ocio miró una película de la famosa saga de Karate Kid, se volvió fan y le llamó la atención hacer ese deporte, por lo que insistió a sus padres en que la llevaran.
No encontraron karate pero sí el taekwondo, al cual asistió en cursos de verano, si bien hay muchas diferencias, ella se veía con el atuendo blanco similar al de karate y se animó a participar en este deporte que al final le cambiaría la vida, pues no se imaginaba que desde ese momento iba a empezar una relación de amor y pasión con el taekwondo.
Así fue el comienzo de Ana Sofía, o mejor dicho, el cómo conoció su deporte, una auténtica casualidad, ¿qué habría pasado si no veía esas películas? Tal vez tarde o temprano hubiera terminado por conocer al Taekwondo, no se sabe, pero lo que sí sabe, es que no se arrepiente de nada, “no cambio nada por el taekwondo”.
SUS PRIMEROS PASOS
Los primeros pasos de Ana Sofía fueron con el profesor Mateo Salazar, con él empezó a aprender lo básico, las técnicas y demás, a la Ana Sofía de casi siete años le salía todo tan natural, pues bastaban algunos días de intensa práctica para que hiciera las cosas bien.
Su disciplina le ayudó, pues desde siempre se enfocó en demostrar de qué está hecha aparte de que hizo una promesa a su mamá, “‘llegaré a cinta negra’ yo le decía, a ella no le gustaba que quedaran las cosas a medias”; comenzó a participar en torneos estatales, regionales y nacionales de invitación y empezó a destacar, “mi primer torneo que gané fue un Vonnacher aquí en Victoria”.
“Me sentía muy motivada a seguir entrenando, competir y ganar medallas; cuando empecé a competir en los estatales me motivaba más”, tras varios intentos su primera medalla nacional fue una de bronce y desde entonces empezó a dar de qué hablar.
PRIMERA ORO, PRIMERA CONVOCATORIA A MÉXICO
Fueron varios años de trabajo, de fogueo, de campamentos, de entrenamientos intensos, para llegar a lo que ha conseguido, pues fue justo en el 2021 cuando empezó a competir ya en certámenes de alta competencia oficiales como lo son los Nacionales de Federación y Nacionales CONADE.
Aunque siempre se quedó en la ‘orilla’ con terceros o segundos lugares, ella nunca se rindió y fue hasta el 2022 cuando logró su primera medalla de oro en una competencia oficial de Federación y curiosamente, esa primera medalla de oro oficial le dio la oportunidad de ser Seleccionada Nacional.
“Yo no sabía que era un selectivo, yo sólo sabía que iba a competir y quería ganar, ya quería mi medalla de oro, me preparé mucho junto a mi profesor Jason Salazar, fuimos muy lejos, a Tabasco y competimos”.
“Se nos dieron las cosas, logramos el primer lugar y yo estaba muy feliz por la medalla de oro, cuando me premiaron me dieron una blusa de la Selección, yo pregunté y ya me dijo el profe que quedé en Selección y que iba al Mundial de Bulgaria, ‘¡no es cierto!’, grité emocionada, sin querer, por así decirlo fui seleccionada, tardé un día en asimilarlo”, expresó Ana Sofía.
Por si fuera poco, la victorense empezó con una racha de grandes logros, pues consiguió medalla de oro en los CONADE, “en los CONADE del 2021 fui subcampeona, ahora en el 2022 me tocó ser campeona de mi categoría, la verdad fue un trabajo muy duro”.
Ana Sofía contó que la final de los CONADE 2022 ha sido una de la peleas que no olvidará, pues indicó que a falta de 20 segundos del final del encuentro ante la representante de la Ciudad de México, perdía por cinco puntos, por lo que parecía iba a quedarse con la plata de nuevo, pero le dio la vuelta, “yo sólo sé que me dije ‘tienes que ganar’, lo di todo y terminé ganándole por tres puntos”.
CON MIRA AL MUNDIAL
Ana Sofía Guevara, con 14 años ya tenía la mira puesta en una Copa del Mundo, algo que confiesa batalló un poco al principio, sobre todo asimilarlo, pues sabía que la exigencia crecería y tenía que llevar todo de la mano con la escuela, algo que sus padres no quieren que descuide.
“Por la escuela antes no podía hacer mucho después o antes de venir a entrenar taekwondo, pero me hice los tiempos, empecé a ir con un preparador físico, el profe César, quien me empezó a ayudar en ese tema enfocado en taekwondo, después salía y entrenaba con mi profesor Jason por varias horas”.
Asimismo hubo varias concentraciones en las que tuvo que viajar a Querétaro y competir en un G3, en Victoria también se hizo una competencia nacional y antes de ello, entrenaron por varios días en concentración todos los seleccionados, “estuvo ‘feo’ de exigencia -entre risas-, la verdad fue muy cansado pero le sacamos mucho provecho a cada entrenamiento”.
SU PRIMER MUNDIAL
Después de muchas semanas de entrenamiento, por fin llegó el día, Ana Sofía viajó a Bulgaria para representar a México, acepta que hubo muchos nervios, “desde que viajamos”, pero todo se olvidó cuando entró a competir, “moría por pelear por estar ya en el área de competencia”.
Ana Sofía venció en su primer combate a la representante de Gran Bretaña “fue contra una de las fuertes”, pero cayó ante Egipto, país en el que tienen buena escuela del Taekwondo. La tamaulipeca quedó con la espina clavada, pues sabe que pudo ganar.
“Siendo sinceros yo me rendí mentalmente, cuando vi que faltaban 15 segundos e iba abajo por dos puntos dije ‘no, ya…’, solo eran dos, otras veces me había tocado más abajo y lo lograba, pero mentalmente me caí, me sentí mal conmigo, pude haber hecho más, no sé si ganar el Mundial, pero pude dar más”.
PENSÓ EN RETIRARSE
El bajón anímico del Mundial, la famosa depresión deportiva estuvo presente en Ana Sofía y pensó en abandonar el tema competitivo tras lo que sucedió en el Bulgaria, “si de hecho lo pensé varias veces y sobre todo me lo planteé mucho cuando perdí el mundial, si pensé en dejar la competencia ya que me afectó un poco no haber dado lo que yo podía dar esa ha sido la única vez que me planteé dejar el taekwondo en la área competitiva”, indicó.
Pero cómo comenzó esta historia, fue como sigue, pues a pesar de todas esas altas y bajas dentro de la vida deportiva de Ana Sofía, al final el amor por el taekwondo ha ganado y el destino no la suelta del que es su camino ideal para cumplir sus sueños.
PRIMERA DE ORO; VOLVIÓ A SONREÍR
Tras su participación en Bulgaría, con la herida abierta y la conciencia deportiva no tan tranquila, Ana Sofía aceptó participar en un Panamericano en Colombia, “quería sacarme la espina, quería competir, ganar”.
Afortunadamente para ella, se le dieron las cosas, logró ganar medalla de oro, su primera medalla de oro internacional, “me sentí muy feliz, quería ganar y demostrarme a mí misma que podía”.
Para ese tiempo, Ana Sofía empezó a acudir con ayuda profesional, un psicólogo deportivo que se ha vuelto su aliado más fuerte en los momentos complicados dentro del deporte en el tema mental.
“Creo que es muy importante lo que se ha hecho, todos tienen metas al igual que tenemos miedos, el psicólogo te ayuda a combatir esos miedos y que tengas un mejor desempeño en tus competencias, y más porque se tiene que tener tanto fuerza física como mental, me ha ayudado a no rendirme mentalmente como me pasó en Bulgaria y ha sido una buena decisión”.
LO COMPLICADO DE SER DEPORTISTA A LOS 14 AÑOS
Con 14 años, Ana Sofía vive prácticamente como un adulto en muchas cosas, pues está tan enfocada en lo que quiere, que deja todo tanto en la escuela como en el deporte, al grado que entrena doble sesión diaria, con tal de estar mejor día a día y destacar.
Eso no es nada fácil, pues no hay que olvidar la edad, ya que deja de hacer muchas cosas que una jóven como sus compañeras de escuela o círculo de amigas, “sí es complicado con amigas, amigos, con la familia incluso, a veces he dejado de ir a cumpleaños, a cenas o comidas o llego tarde porque estoy entrenando o compitiendo”.
“A veces sí quisiera ser ‘normal’, pero la verdad me gana el taekwondo, siempre recuerdo a lo que vine y a lo que quiero ir, tengo la meta clara, siempre recuerdo que esto va a valer la pena”, pronunció.
MÁXIMA INSPIRACIÓN
Todos tenemos ídolos en esta vida, y para Ana Sofía no es raro tener una referente en una atleta exitosa, mundialista, medallista olímpica y con una larga lista de logros como lo es María Espinoza, pero también tiene como ejemplo a un tamaulipeco, Bryan Salazar, quien ha estado con ella incluso como compañero y entrenador, así como otras atletas tanto de México y del extranjero.
“La primera persona de taekwondo que admiro es María Espinosa de la cual soy fan la admiro muchísimo y quiero lograr lo que ella logró y si se puede más; también Brayan Salazar, el capitán de la selección y hermano de mi profesor también lo admiro muchísimo y a su novia que es Fabiola Villegas, la admiro muchísimo porque convivo con ella, la quiero mucho, me encanta como pelea, como se mueve en el área, como no se rinde y pelea hasta cuando ya no puede y nos vamos de México a Inglaterra con Lauren Williams es también una inspiración porque veo cómo entrena, como compite, las patadas que hace, me gustan mucho sus técnicas”, señaló.
Pero fuera del deporte, Ana Sofía también tienen ejemplos a seguir, a los cuales les ha aprendido mucho y sobre todo, les agradece por todo el apoyo, “admiro mucho a mi papá por su carácter, la decisión que tiene porque sin mi papá yo no hubiera estado donde estoy, porque yo soy de las que decía que ya no quiero o me daba flojera pero mi papá me llevaba aunque fuera llorando y sin él no hubiera hecho eso, no estaría aquí; también la admiro mucho a mi mamá ella es mi corazón yo la amo es mi vida sin su amor y su apoyo no estaría también aquí a ella le debo mucho”, comentó.
“Les quiero decir que los amo muchísimo, que sin ellos no hubiera logrado nada, los amo hasta donde no tienen idea, aunque a veces me enoje con ellos y no los entienda, que todos mis méritos van a ir para ellos”, añadió.
SUS SUEÑOS
Ana Sofía no piensa cosas pequeñas, su ambición, sus ganas de trabajar, su fortaleza física y ahora mental, la tienen con la mira puesta en grandes cosas, por lo que aseguró que no tiene miedo en decir que espera estar dentro de unos Juegos Olímpicos y ser medallista mundial.
“Sin duda mi máximo sueño será representar a México en unos Juegos Olímpicos, no sé cuando me toque pero lo que sé es que daré todo lo que tenga de mi para conseguirlo, sé que puedo, ganar medallas en internacionales y Mundiales, sueño con representar bien a mi país y Tamaulipas pero también con ser buena persona, con estudiar, sé que el deporte se va a terminar algún día para mí”, finalizó.
Ana Sofia ha tenido en el 2022 un año interesante, en el que ella misma ha demostrado el potencial que tiene, y este 2023 ya lo inició con el pie derecho al ganarse nuevamente el derecho a formar parte de la Selección Mexicana Juvenil tras ganar un Campeonato Nacional.
Ana Sofia se puede describir como alguien tranquila, amante de la música en sus audífonos, de las novelas y libros de fantasía, pero dentro del área de competencia se vuelve una máquina de triunfos, de técnicas, de patadas y demás.
Por ende, los sueños, las grandes metas y el trabajo aquí no terminará. La pequeña trabajadora, competitiva y obsesionada por lograr lo que se propone, no pondrá freno de mano a una carrera que apenas comienza, una carrera que seguramente tendrá un brillante futuro pero más allá del tema deportivo, también en el personal.
Esta es la historia que empezó con una casualidad, una historia que empezó por una película, hoy ha dado muchas cosas de qué hablar, pero el libro tiene aún muchas páginas por escribir y como una película, se espera tenga un futuro con final feliz.
POR DANIEL VÁZQUEZ
EXPRESO-LA RAZÓN