La hierba acuática provocó que la pesca en la laguna Champayán de Altamira haya bajado en un 30 por ciento, aunado a los daños que ocasiona a las lanchas de las familias que viven en los ejidos del río Tamesí.
La disminución comenzó a presentarse desde que inició el 2023 y podría empeorar si el nivel de la laguna sigue a la baja.
«Tienen que traer producto de otro lugar para la gente que viene a comprar, lo traen de las presas que están en la zona norte», dijo el presidente de locatarios del mercado de pescados y mariscos del río Tames, Roberto Demes Castro.
Los comerciantes no han tenido opción que traer producto hasta de presas o granjas, que se ubican en el centro de la entidad.
Los precios también se han incrementado, el año pasado el kilo de tilapia llegó a tener un costo de 30 pesos y en la actualidad es de 50 pesos.
«Desde que inició el año se ha puesto difícil capturar el producto, estamos hablando de una disminución entre el 30 y 40 por ciento, no se surte debidamente».
El lirio también representa un peligro para las lanchas, ya que los motores se pueden dañar y la reparación resultaría muy costosa.
«Hay dos factores, el nivel del agua va bajando y la basura se va acumulando y entonces no se puede pescar porque hay pura maleza, los compañeros batallan mucho».
Roberto Demes Castro, añadió que los pescadores no pueden usar las redes por la gran cantidad de hierba, principalmente de lirio que se ha concentrado en los canales de navegación que conectan con el río.
«Si te sales del canal te atoras, pero si no llueve en un mes vamos a tener complicaciones y cada día va bajando el nivel del agua».
Óscar Figueroa/La Razón