Para ellas, la palabra que define mejor el momento en que la valentía se adueña de su mente y cuerpo, y las hace ponerse la máscara para subirse al ring frente a su oponente es el “empoderamiento”.
Arriba del cuadrilátero este grupo de mujeres se convierten en testigos de lo “capaces que son al llevar sus cuerpos más allá de lo que pensaban”.
Así describe esa sensación Caraly Sánchez, la actriz encargada de darle vida a Ángela, o la luchadora apodada como la “Novia Negra”, en Contra las cuerdas, la nueva serie de Netflix creada por Carolina Rivera, que estrenó este miércoles y la cual podrás disfrutar este fin de semana.
Ángela se convierte en la singular protagonista de esta historia. Una mujer que tras pasar seis años en prisión por un crimen que no cometió, ahora vuelve a su vida en libertad en donde se enfrentará a su mayor desafío: retomar las riendas de lo que dejó en pausa y recuperar el amor y respeto de Rocío, su adolescente hija.
Pero a este desafío, Ángela no se enfrentará sola, pues cuenta con su alter ego “Novia Negra” y con una red apoyo integrada por su nuevas amigas que tampoco le temen al ring y dejar ahí todo aquello que acecha su tranquilidad como un matrimonio infeliz, la maternidad, reconocerse sexualmente, enfrentar su pasado violento, entre otros más.
“Me parece maravilloso la forma en que están planteadas las circunstancias en esta serie porque están planteadas desde la realidad, y lo fascinante de que estén planteadas así es que uno puede conectar con las historias”, destaca Sánchez, quien ha participado en otras series como Somos (2021), Coyote (2021) o Un extraño enemigo (2022).
Para la actriz María Balam, quien interpreta el papel de la mejor amiga de Ángela como Malena, fuera del cuadrilátero, y “Lilith” dentro de él, la columna vertebral de esta historia se encuentra en sus personajes.
“Son personajes muy completos y muy humanos, y cada uno está como abanderando una problemática muy particular, un conflicto muy particular, y es al que hay que darle la vuelta, con el que se topan con pared y por el que hay que sacar la casta y hacerle frente”.
En tanto, Cuauhtli Jiménez, que desarrolla el papel de Lalo, el padre de la hija de Ángela, asegura que la clave de esta serie es su premisa, un aspecto que la hace diferente, entretenida y ligera, eso sí, pero sin restar importancia a las problemáticas que ahí se plantean.
“La premisa que funciona muy bien en México que es el amor como sacrificio. Esta mujer que va a hacer todo lo que sea necesario para recuperar el amor de su hija, y también la comedia, y creo que la fusión de estas dos cosas en una serie corta con el tema de la lucha libre hace que haya conflicto, pero es una serie que está en un tomo ligero, en un tomo digerible, en un tono familiar. Creo que por eso funciona bien, se vuelve una historia amable para ver en familia”, destaca.
A través de los 10 episodios de esta producción, el espectador se acercará a a cada uno de sus personajes, lejos del drama descomunal que otras series, incluso de esta misma plataforma de streaming, se esfuerzan por estirar:
“Aquí no hay desenlaces abruptos, no hay finales mágicos, no es cómo ‘¡ay, todo ya se resolvió!’. No. Viene de la mano de un proceso sumamente natural como en el que bien puedes conectar”, señala Sánchez.
DICEN “NO” A HISTORIAS “CARICATURIZADAS”
Cuando al hablar de los barrios populares de la capital de la Ciudad de México se trata, muchos creadores no escatiman en estereotipos. Los personajes de la vida diaria se ven caricaturizados y hasta muchas veces estigmatizados con aspectos como la violencia. Sin embargo, en Contra las cuerdas se trata de alejar de ello mostrando la identidad de los iztapalapense de una forma rica que enaltezca su cultura.
“Es dignificar la cultura mexicana, dignificarnos a nosotros también. Planteamos extremos ‘los ricos son ricos’ y los ‘pobres, pobres’, o la super violencia, el narco y somos mucho más que eso, y lo que nos une mucho es nuestra tradición, nuestra cultura, la comida, la familia, todo eso está retratado en Contra las cuerdas, y creo que cualquiera por eso mismo se puede identificar”, Indica Balam.
La serie se desarrolla en la calles de la Alcaldía Iztapalapa, sus mercados, sus puestos, locales, y hasta su Cablebús, son parte de los escenarios de este título que también tiene como extras a sus mismos habitantes que se encargaron de pintar murales y participaron tanto en las grabaciones como en la música.
Cuauhtli Jiménez, integrante del movimiento Poder Prieto, que ha participado en cintas como ¡Qué viva Mexico! (2023), Finlandia (2021), Carmín Tropical (2014), aplaude la diversidad de la serie que se aleja de etiquetas.
“Creo que hay una tendencia por de pronto hablar en México de la clase aspiracional, de la media alta, y aquí estamos hablando del barrio y de una manera muy bonita porque al final es no estigmatizar, no se ponen esas etiquetas de violento o no se exorciza, sino hay problemas reales de los padres con sus hijos o la madres con sus hijos. Hay mucho sentido de comunidad que eso lo logran el mundo de amigas y ese sucede en Iztapalapa, que es una Alcaldía que le da mucha identidad a la Ciudad de Mexico y al país”.
Por Staff