Resilencia, paciencia, trabajo y constancia, son puntos claves que el ser humano debe tener y demostrar para cumplir sus objetivos, sea en la vida personal, en el trabajo, en la escuela o hasta en el deporte,
Claro ejemplo está en el beisbolista, Fernando Gallegos, oriundo de Ciudad Victoria, orgullosamente de la capital y de Tamaulipas, quien con 22 años de edad ha vivido prácticamente de todo, desde cosas buenas, hasta malas dentro del Rey de los Deportes.
Recientemente debutó en la Liga Mexicana de Béisbol, una de las ligas principales de México, esto con los Toros de Tijuana, convirtiéndose en el único victorense que en la actualidad se encuentra en el ruedo del béisbol mexicano.
Pero detrás de esa bonita hazaña y experiencia, están muchos años de trabajo, de entrenamientos, de aprendizajes y de cosas negativas que incluso lo llegaron a orillar en pensar en dejar el béisbol por momentos.
Pero no cabe duda… Fernando está hecho para esto, para el béisbol, y el béisbol es para Fernando, el destino, Dios y todo lo que se encarga de acomodar nuestras vidas, le tenía preparado este camino del Rey de los Deportes.
Cuando era más pequeño, cuando tenía algunos 4 años, Fernando se interesó por el deporte más popular: el fútbol, “yo practiqué en unos campos que estaban en lo que ahora es Grand Estación, yo fui varios días, pero me ponían a jugar con los grandes, me pegaban pues jugando fútbol y ya no quise ir, yo estaba chico”, recuerda el victorense sobre sus inicios en el deporte.
¿Cómo llegó al béisbol?, su padre era muy aficionado a este deporte y lo practicaba, en parte fue por él, “yo iba a sus partidos y me llamaba la atención”, pero fue hasta que su papá, Don Plácido, se encontró a un amigo, quien le recomendó llevar a Fernando a un equipo infantil.
Y así comenzó esta historia… una historia en la que no Fernando ni su familia, se esperaban que llegara a tanto, pero se iba a convertir en la mejor decisión de la vida de Fer.
Fernando Gallegos empezó a destacar en ligas pequeñas con los diferentes equipos, tenía una calidad natural, el béisbol era lo suyo y además con su disciplina, lo llevaron a ser de los mejores de Tamaulipas conforme pasaron los años.
Tanto era su amor por el béisbol que todas las tardes, Fernando llegaba del kínder, de la escuela y la secundaria y lo que hacía era cambiarse y esperar a su padre y que lo llevara a entrenar, esa constancia pronto dio resultados.
Varias veces destacó en torneos locales y nacionales, pero sin duda un recuerdo que tiene siempre es cuando tenía 12 años en un juego con la Selección de Padilla en un torneo estatal.
“En ese juego que fue en el campo de la Villa Olímpica, recuerdo que tiré perfecto. No recibí hits ni carreras, es algo que no voy a olvidar nunca”, dijo, también otro torneo que recuerda fue uno de categoría libre, que teniendo alrededor de 12 años consiguió el título ante jugadores mayores incluso ya veteranos.
A esto hay que agregar que Venados fue el equipo en el que destacó, un equipo que su papá hizo para que él jugara.
SU BRINCO A LO ‘GRANDE’
Fernando fue muchas veces seleccionado tamaulipeco, jugó diferentes torneos nacionales en los que destacaba, pero contó que solo veía pasar el desfile de jugadores que a los 15-16 años ya eran firmados por equipos profesionales para sus filiales.
“Yo me desesperaba, yo sentía que jugaba bien, entrenaba mucho, pero no se daba el llamado, otros compañeros los firmaban y yo me agüitaba, mi papá me decía que no desistiera que iba a llegar”, expresó.
Afortunadamente en el 2016 aproximadamente Toros de Tijuana fue el elegido para firmarlo, el tamaulipeco tuvo que cargar sus maletas, salir de la zona de confort, salir de casa y vivir a más de 2,500 kilómetros de distancia, “sí fue difícil para mi y mis papás, pero era comenzar un sueño”.
Firmó con Toros, estuvo ellos alrededor de un año y medio y tras destacar en torneos de ligas menores, tuvo la mirada desde Estados Unidos, varios equipos de los pelearon, pero al final los Mets de Nueva York fueron los ganadores, lo firmaron en el 2017-18.
PRIMER GOLPE…
Fernando vivía un sueño, ya era jugador de un equipo de Grandes Ligas, contó que estaba listo para empezar su proceso en menores y posteriormente cumplir su sueño de llegar a la MLB, pero desafortunadamente le tocó un mal momento.
Por problemas administrativos entre ligas, él y muchos talentos mexicanos firmados en ese periodo no podían llegar a las organizaciones de los equipos de MLB, “no fue culpa ni de Mets ni de Toros, fue mala suerte, hubo unos problemas por algunas transferencias pasadas, las ligas en ese momento investigaban y pausaron todo un buen tiempo y ya no pude irme, luego pasó la pandemia y todo se cayó”.
Fernando recibió ese duro golpe, pues rompieron su ilusión, no ocultó que estuvo destrozado, “sí fue difícil pero todo pasa por algo, esa fue una lección de vida, me pegó. Sí pensé en dejar el béisbol pero más que todo, después me motivó a seguir adelante”.
RESILENCIA…
Dicen que la resilencia potencia la felicidad y eso fue para Fernando. Encontró en ese momento una motivación, se adaptó a las circunstancias y aunque al principio fue complicado, supo llevarlo consigo e ir por todo por otro camino.
Empezó a trabajar sin descanso, siguió con los Toros de Tijuana con quienes entrenaba en equipos menores, disputó ligas invernales que sirven como fogueo para los jóvenes prospectos de los equipos profesionales.
En esas competencias destacó de gran forma, llegó a finales e individualmente mostró buenos números, lo que lo llevaron en el 2022 a vivir uno de los mejores años de su vida deportiva.
SU DEBUT EN LMB
Tras una buena temporada en la liga del norte y una buena pretemporada, Fernando fue considerado por su equipo de siempre, los Toros para el equipo principal.
Estuvo cerca del debut en una serie ante Sultanes en la temporada 2022, pero fue ante la novena de Veracruz ante la que hizo y cumplió uno de sus objetivos.
Fue el 29 de julio del 2022 cuando se dio su estreno, en el estadio del Aguila de Veracruz, “yo estaba de relevo, así que no sabía si iba a debutar o no, en la primera entrada yo empecé a calentar, entré en la cuarta entrada y fue muy emocionante”.
“Cuando me hablaron sentí nervios, pero cuando fue del bullpen a la loma, fue muy rápido, ya quería lanzar, vi a mis compañeros, todos de gran experiencia, ahí asimilé que estaba en liga mexicana, los nervios se fueron, aunque me pegaron doblete, me recuperé y di mi primer ponche a Amaristo, abrí con recta y cerré con slider, fue muy emocionante”, contó.
LLORÓ Y DEDICÓ A SU FAMILIA
Su familia desafortunadamente no pudo asistir ni mirar el partido, pero él les dedicó ese logro, “cuando acabó el partido ya les hablé, muy emocionados todos”.
Ya en la soledad y privacidad, Fernando confesó que lloró, “sí la verdad sí (lloré), recordé todo lo que he pasado desde niño, lo qué pasó mi familia, todo el trabajo, fue muy bonito sentir eso”, expresó el victorense.
Y es que sin su familia, Fernando tiene claro que no fuera posible nada de lo que ha vivido y podrá vivir, pues desde aquel día que fue a su primer entrenamiento de niño, siempre han estado con él, “se han perdido hasta graduaciones de mis hermanos por mi, cumpleaños, festejos, de todo, de verdad mis padres y hermanos son mi motivación”.
“Este logro se lo dedico a ellos y a todos los que me apoyaron en este camino”, agregó.
APUNTA A MÁS
Tras el debut Fernando siguió con trabajo intenso, y estuvo a nada también de debutar en la Liga Mexicana del Pacifico con los Charros de Jalisco, equipo al que pertenece en dicha competencia y ahora quiere que sea un 2023 superior al 2022.
“Ahora sigo trabajando, he entrenado casi todos los días, quiero estar listo para el 2023 que espero sea aún mejor para mi y mis equipos”.
Y es que recientemente recibió el llamado de los Toros de Tijuana de nueva cuenta para unirse a sus filas en la pretemporada del equipo estelar que comenzará en marzo, “ya me llamaron, quiero llegar de la mejor forma y ganarme de nuevo un lugar”.
“En este 2023 quiero consolidarme, quiero seguir mejorando y cumplir mis objetivos, jugar más”, manifestó.
Fernando no quita el dedo del renglón, tiene una tarea pendiente que es llegar a Grandes Ligas, algo por lo que seguirá con trabajo diario y constancia, “claro que no me olvido de eso, el máximo sueño de todo beisbolista es jugar ahí, en las Grandes Ligas, aquí el sueño no se acaba”, manifestó.
Asimismo declaró que quiere que todo valga la pena, “que todo sacrificio valga la pena, desde el mío hasta de mis papás”.
EL BÉISBOL ME HA DADO TODO
Fernando no mira al béisbol como una carga pues aunque vive 24/7 este deporte, no le pesa entrenar aun sin tener que hacerlo pues está de ‘vacaciones’, “a veces es difícil todo esto, trabajar, perderse cosas de la familia, pero para mí el béisbol lo es todo, me ha dado todo, me ha ayudado a cumplir sueños, para mi no es una carga es mi vida”, indicó.
Con 22 años, Fernando apunta a lo grande, espera cumplir más sueños como sus ídolos Jacob De Grom, por ello no dejará de trabajar.
Por ahora Fernando sigue con entrenamientos de físico y de pítcheo con el fin de llegar en su mejor forma a la pretemporada ya mencionada de Toros.
Así es la historia de Fernando, aquel niño que el fútbol no lo quiso porque el béisbol era para él, el niño que rompió hasta focos de su casa con la bola, el niño que casi casi dormía con el uniforme de su equipo, ese niño que no se imaginó verse en la televisión, en los medios en las redes sociales por cumplir el sueño de muchos amantes del béisbol.
El sueño no acaba aquí, Fernando como todo un guerrero, con esa mentalidad invencible que tiene, sin dudarlo cumplirá más cosas para su gran lista de objetivos cumplidos y lo veremos tirando sus más de 90 millas en los mejores escenarios.
Por Daniel Vázquez