5 diciembre, 2025

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Viven 400 familias al filo del voladero

De acuerdo al Atlas de Riesgo de Tampico y Ciudad Madero, ambas ciudades tienen a familias asentadas en las faldas de los cerros de Andonegui y Torreón y pese al riesgo de deslaves que viven cada año, se niegan a ser reubicados

TAMPICO, TAM.- Hay 13 colonias de Tampico que se encuentran asentadas sobre los cerros del Andonegui o  Torreón, o debajo de sus faldas.
 
Son un promedio de 1116 viviendas las que se encuentran, de mayor a menor peligro, debido a la ubicación donde están, el 35 por ciento habitan al filo o debajo de los voladeros.

«Cada temporada de lluvias los notificamos para que tomen sus precauciones, nosotros estamos al pendiente de cada una de las familias para estarlos apoyando en lo que necesiten» expresó Pedro Romero, Secretario de Protección Civil del municipio porteño.

En el año de 1988 fue necesario partirlo en dos para poder llevar a cabo la construcción del Puente Tampico y eso ocasionó que sufriera algunos estragos naturales. 

Obra monumental que ahora se ha convertido en su vecino, al quedar entre este cerro, para después cruzar el Río Pánuco para llegar al municipio de Pueblo Viejo, Veracruz y ser parte de la ruta hacia la Ciudad de México.

Ahí llevan viviendo toda la vida, son familias que están acostumbradas a lidiar con esta situación cada temporada de huracanes, afortunadamente nunca ha pasado a mayores.

Son un promedio de 4062 personas las que se ubican en estas colonias; Águila, Altavista, Bajos Chairel, Cambell, FRay Andrés de Olmos, Pescadores, Sauce, Sembradores de la Amistad, Ex Country Club, Monte Alegre y las Flores en lo que se refiere al de la Torreón.

Mientras que en el del Andonegui sólo está la Obrera, colonia que comparten los dos municipios : Tampico y Ciudad Madero. Estas colonias se encuentran en el corazón de la zona centro, cualquier visitante que viene no puede dejar de verlos por su tamaño y su imponente presencia.

Hay 411 familias que habitan en un «alto riesgo» de acuerdo al atlas de riesgo de la ciudad, son quienes viven al filo del voladero o en la falda, ambas propensas a un deslave.

Después hay 705 familias que están clasificadas por estar entre medio y bajo riesgo, al estar más alejados del voladero de estos aludes.

Se han negado a ser reubicados para que puedan estar a salvo, por lo que cada año viven la misma historia de riesgo.

«Por lo menos una vez al año se presenta un deslave, pero nada de gravedad, un desmoronamiento de arena, que no representa ningún peligro inminente para cada una de los habitantes» detalló Pedro Romero.

El personal de esta dependencia realiza constantemente recorridos por cada uno de los cerros para estar al pendiente de cualquier anomalía que se pudiera estar presentando.

REFORZARON UNA PARTE

Más de la mitad de los cerros están reforzados con muros de contención que se realizaron hace más de 15 años, pero no se concretaron al cien por ciento, donde están vulnerables las familias a los deslaves.
Recientemente se realizó una parte que se ubica del lado del Boulevard Emilio Portes Gil para disminuir el riesgo.

SE QUEDAN FAMILIAS POR VALOR SENTIMENTAL

Un gran número de familias habita en las orillas del Cerro de Andonegui, muchas de ellas han permanecido ahí por generaciones, y es que a pesar de que el habitar en la margen de este cerro represente un riesgo latente, deciden no abandonar sus hogares por el valor sentimental que les representan sus hogares.

América González Maldonado, tercera generación de la familia Maldonado Cárdenas abrió las puertas de su hogar y compartió con “Expreso- La Razón” sobre lo que representa para ellos vivir en este sector al cual llegaron sus abuelos en el año de 1935 y el cual poco a poco se ha ido reduciendo debido a los deslaves que ocurre por fortuna de forma esporádica.

González Maldonado compartió que tras la ausencia de sus abuelos fueron sus tíos quienes permanecieron en la vivienda la cual llegó a habitar desde hace 30 años.

“Siempre hemos vivido aquí, mi familia ha crecido por generaciones en esta casa, fue mi abuelo quien la construyó, primero de madera y luego ya se construyó de material, pero este terreno pertenece a la familia desde 1935, imagínese usted cuantas historias vividas en este lugar”, manifestó.

Y es que a pesar de que en diversas ocasiones se han vivido situaciones de riesgo ante la posibilidad de un deslave González Maldonado señala que su familia decide no salirse aunque  Protección Civil les realiza la recomendación y los visita para hacerles ver el riesgo.

“Mi abuelo construyó esta primera casa de madera, el era carpintero y cuando el ciclón del 55 permanecieron en ella dando asilo a algunos vecinos que decidieron también no salirse de la colonia, aquí se han pasado trombas, ciclones, pero optamos por quedarnos ya que queremos evitar algún robo o perdida en nuestras casas”.

Ella recuerda que hace como unos 15 años se sintió un temblor, lo que los hizo salir corriendo de su hogar ya que pensaban que el cerro se estaba desgajado, pero cuando se dieron cuenta que no era así se sorprendieron, viendo en la televisión más tarde la noticia.

La casa de la familia Maldonado se encuentra construida a desnivel en el terreno que llegaba hasta la calle del bulevar y poco a poco se fue deslavando ya que se comenzaron a realizar construcciones sobre el bulevar Adolfo López Mateos lo que reblandeció la tierra provocando los deslaves.

Por Mario Prieto / Patricia Martínez

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