En 2018 cuando el presidente Lopez Obrador uno de los grandes cambios que propuso en campaña y comenzó a cambiar drásticamente fue la política energética. ¿Existe una visión energética más allá del 2024?
En 2022 el sector energético en México se caracterizó por los altos precios de los energéticos de exportación y de importación (la mezcla mexicana llegó a los $130 usd), aunque tuvimos un saldo negativo en la balanza comercial, principalmente por las compras de productos refinados y gas natural. México comercializó alrededor de 1.8 millones de barriles diarios (MMBD). Al cierre de 2022 Pemex tuvo perdidas por MX$ 9MMM. La producción de petróleo crudo en su mayor parte se ha destinado al muy bien pagado mercado internacional.
El gas LP vive su propia crisis por los altos precios internacionales que han requerido de MX$ 26 MMM de subsidio gubernamental, pero también porque la CRE se ha atrasado en la actualización de permisos para los vehículos de reparto del energético. Existen muchas razones por las cuales se han incrementado considerablemente los precios del gas en el mundo y con la pésima política energética nacional por muchos años, no han invertido en infraestructura para el almacenamiento y extracción de gas en la nación, nos llevan a que importemos cerca del 50% de este producto del extranjero.
La insuficiencia nacional en el almacenamiento operativo y estratégico de gas natural sigue siendo el talón de Aquiles para el crecimiento de la demanda. El proyecto de contar con cinco días de inventarios podría resolver contingencias nacionales de corto plazo o de una localidad, pero aun en esos casos, la capacidad de almacenamiento debe formar parte de una estrategia de producción nacional y de diversificación de abasto en las importaciones.
El año entrante también nos esperan otro tipo de retos, en parte ligados al complejo entorno internacional de bajo crecimiento económico, que seguirá afectando a México en cuanto a inflación, tasas de interés y tipo de cambio. Sin embargo, las oportunidades para México dependerán de las inversiones en la industria de exportación.
Por Mario Flores Pedraza