19 diciembre, 2025

19 diciembre, 2025

Un traidor en el Tribunal electoral

CAFÉ EXPRESO

La deslealtad y la falta de escrúpulos con que se ha conducido el presidente del Tribunal Electoral de Tamaulipas, Edgar Danés, están por traerle graves consecuencias.

Vale la pena hacer un recuento de la estela de traiciones que el ambicioso magistrado ha dejado a su paso.

Habían pasado unas semanas desde que Américo Villarreal rindió protesta como Senador de la República tras la victoria electoral del 2018, cuando a su escritorio llegó la propuesta de Danés Rojas, como aspirante a ocupar uno de los espacios que quedarían vacantes en el Tribunal Electoral de Tamaulipas.

El abogado pidió apoyo y el senador y su bancada se lo dieron, por lo que pronto fue designado como magistrado.

Casi cinco año después, el ahora presidente del Tribunal le ha dado la espalda al proyecto político que lo impulsó para que llegara a donde está.

La mala leche es evidente.
Danés Rojas traicionó al gobernador Américo Villarreal y mostró, transparente, su posición a lado del panismo que se aferra a las pocos cotos de poder que han logrado mantener con mañas y chicanadas legales.

Apenas sentado en la silla, formó una alianza con Blanca Hernández, alfil en el Tribunal del ex gobernador Francisco y del cuestionado senador Ismael García Cabeza de Vaca, que se fue fortaleciendo al paso de los año hasta llegar a este momento, en el que ha construido un bloque claramente definido en favor de todos los intereses panistas, y en contra de todos los proyectos de la 4T.

Ese grupo que integran Danés, Blanca y Gloria Reyna Hagelsieb está enfrentado con Edgar Arroyo y Osiris Sánchez Rivas, al grado de que han hecho lo posible por echarlos del Pleno.

El contubernio de Danés con las dos magistradas le permitió llegar a la Presidencia del TRIELTAM, a través de una votación en lo oscurito, cuyos detalles nunca se difundieron.

Pero aún más grave: su posición como presidente está impugnada porque, a decir de sus compañeros, el magistrado viola desde hace años diversas normativas que señalan que un magistrado no debe percibir dos sueldos.

Es un asunto legal y ético, de sentido común pues: un integrante del Pleno del Tribunal Electoral no debería recibir dinero de otras instituciones públicas.

La Plataforma Nacional de Transparencia arroja evidencia suficiente de que Danés ha incurrido en esta práctica.

En el listado de sueldos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el magistrado aparece como Profesor de Carrera “D” en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria, con un sueldo mensual de 30,425 pesos.

Pero no solo ahí, a la par de su labor en el Tribunal y en la UAT, Danés ha tenido tiempo para ofrecer sus servicios profesionales por honorarios a la Universidad de Seguridad y Justicia de Tamaulipas, con una remuneración bruta mensual de 21,056 pesos, durante la administración cabecista.

Todos estos antecedentes ya están en manos de diferentes instancias.
Otros magistrados del país ven al presidente del tribunal tamaulipeco como un sujeto con absoluta falta de probidad.

Y quienes lo impulsaron en un principio, ahora saben que se trata de un servidor público que traiciona a quien haga falta para alcanzar las posiciones de poder que cree merecer.

Su caída está muy próxima, igual que la de las otras dos magistradas que se plegaron sin rubor a los deseos e intereses de los cabecistas.

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