PARTE I
Dos jóvenes disfrutan un refresco embotellado a las afueras de una miscelánea. Es el año 1962. – Ya te digo carnal, este vato me dijo ‘flétate’ y yo wachando su rol le digo ‘nel coronel’ – ¡Qué loco! así agarran su patín esos carnavales! En ese momento una mujer de edad los interrumpe. – ¡Jóvenes por favor más respeto! váyanse a hablar así a otro lado, en esta tienda somos gente decente!
– Aquí mi ‘carnaval y yo somos gente decente, ¿verdad valedor? – Iz barniz, afloje su yoyo ñora… – ¡Pero que desvergüenza de hablar así como pandilleros! – ¡Boinas boooinas! ¡Calmantes montes pájaros parlantes y alicates pintos! así se habla acá con la flota, ¡con el barrio! ¡puro caló pero inofensivo doñita no se espante! –
¡Debería darles vergüenza hablar así enfrente de la gente! Lo dos cholos terminaron su refresco y se fueron.
PARTE II
Los estudiantes salen corriendo de una escuela primaria casi atropellándose entre ellos, en la primavera de 1979. – ¡Eh burro cabezón! ¡apúrale! o te pateo las nalgas pa’ que corras! – ¡Apúrame el pájaro! jajajaja – ¡Niños qué vocabulario es ese! – grita un vendedor de elotes apostado a la orilla de la banqueta – ¿eso es lo que les enseñan en la escuela, o en sus casas? – Perdón señor ‘se me chispoteó’. – ¡Qué vergüenza deveras! Ya ni yo que nunca fuí a la escuela! ¿y qué es eso de ‘se me chispoteó’? ¡nomás están viendo que ven en la tele para repetirlo como loros! ¡Orale, vámonos de aquí chamacos mal hablados!.
Los niños se alejaron ruborizados tras la reprimenda.
PARTE III
Luis y Carlos llegaron como alma que lleva el diablo pedaleando sus bicicletas, las cuales aventaron y dando de zapatazos subieron a la azotea con una grabadora y pusieron el cassette que les acababa de prestar un compañero del salón.
Es diciembre de 1987. Al oprimir ‘play’ una voz burlona y sarcástica se escucha: “y yo le dije a huevo cabrón, uno que está acá bien dotado”.
Los adolescentes habían logrado conseguir una copia del show de un tal ‘Polo Polo’ con un amigo albañil. Sus rostros denotaban una alegre complicidad y se carcajeaban tirados de panza con las leperadas del cómico …hasta que llegó su madre y los descubrió. – ¡Luis Angel y Juan Carlos! ¿qué significa esto? ¿De dónde sacaron esa porquería de cassette? ¡esas groserías son solo para adultos! Los muchachitos temblaban al verse exhibidos.
– ¡Te dije que no le subieras al volumen menso! – reclama Carlos a Luis. – ¡Se me van a encerrar a su cuarto y se quedan una semana sin radio! – ¡No mamá sin radio no!
PARTE IV
Jimena bajó del coche de su madre al llegar a una universidad privada y saludó a su compañera Renata. Es mayo de 1999. – ¡Güeeeeeey deja te cuento de anoche, estuvo cañoooon! – ¡Ya suéltala güey! – Nombre güey se pasaron de lanza güey con esa ‘party’ estuvo de pelos.
En ese momento, Tere, una secretaria de ‘control escolar ‘ se acerca y reprende a las jovencitas. – Jimena, Renata ¿que forma de hablar es esa? ¡parecen carretoneras! – ¡Ay ‘lic’! pues si no estamos haciendo nada malo, ademas así se habla ahora. – Si pero ¿que es eso de ‘güey’? aquí no estamos en una verdulería, ¡por favor compórtense y dejen de hablar como albañiles por Dios!
Desde que ese Adal Ramones usa esa palabrita todo mundo la trae de moda!
PARTE V
Beto y Hugo curioseaban en un tianguis . Al caminar lentamente por el largo pasillo se toparon con un puesto de artesanías. Corría el año de 2011.
Entre el tendido de pulseritas y juguetes de madera habia una serie de botellitas de colores. – ¿Que son estas madres carnal? preguntó Hugo. – ¿Madres? ¿madres? ¿cómo que ‘madres’ – respondió el artesano muy molesto. – Si hombre ¿qué son estas chingaderitas? – ¡Ni ‘madres’ ni ‘chingaderias’, baboso! ¡Son esencias! – ¡Uta madre pues que sentido me saliste! – respondió Beto y se alejaron del puesto.
PARTE VI
Un grupo de estudiantes desciende de “la loma” frente al santuario entre ruidosas carcajadas.
Se notaban alegres tras el regreso a clases después de la pandemia de Covid-19. – ¡Nambre we, yo le dije te vas a la verg…! conmigo no te quieras pasar de verg…! – Yo también la mandé a la verg… le dije que le parara a su pedo, que tirara a león, pero seguía mame y mame. – ¿Y qué dijo el viejón? – Seguía jode y jode, y le digo ‘no porque seas prefecto de la secundaria te creas tan verg… conmigo, ¡o le digo a mis compas que te den levantón papá! – ¿Pero cómo empezó el pedo? – Es que yo le dije que ese pedo de “todes” “nosotres” y “elles” ¡es una mamada! ¡que eso no es español!
– Si compi, eso no debe de ser porque nomas andan deformando el idioma. – ¡Me cae de a madre que si!
EPÍLOGO
De cada tras décadas de ‘evolución’ el idioma castellano ha sido ‘aderezado’ con una gran cantidad de palabras, palabritas, palabrejas y palabrotas.
Desde el inofensivo caló, pasando por el vocabulario genital, y el tan de moda “lenguaje inclusivo”.
Pero no hay que perder de vista lo importante: cuidar el idioma no es solo para “hablar bonito” , sino para comunicarnos correctamente.
Demasiada pata de perro por esta semana.
Por Jorge Zamora