VICTORIA, TAM.,- El Caminante se topó en un cajero automático con Armando, un antiguo compañero de clases, cuando juntos estudiaban una ingeniería.
El hombre se alegró de ver una cara conocida. – ¡Qué gusto verte mi hermano cómo has estado! – Pues aquí alistándome para el traslado de mamá – respondió Armando.
– ¿Estuvo internada en Victoria? – Si, pero la vamos a llevar a Valles. – ¿A Valles? ¿Valles San Luis Potosí? –
Si ‘entenao’, mi mamá ya está desahuciada. – Caray mano, qué tristeza escuchar eso, pero si ustedes son se Altamira ¿porque se trasladan a Valles? – Es que solo ahí hay lo que mi madre necesita. – ¿Qué necesita? – Te contaré mi amigo, lo que pasa es que todos mis hermanos quieren seguir prolongando la vida de mi mamá, pero ella ya no quiere recibir tratamiento.
– ¿Está buscando algo así como la eutanasia? – preguntó el Caminante. – Pues lamentablemente México la eutanasia está prohibida por ley. – Algo he leído de eso, y que en el congreso está atorada una iniciativa para hacerlo legal. – Los médicos nos dijeron que mejor la lleváramos a casa, y que pasara rodeada de toda su familia sus últimos días, pero mis hermanos y hermanas están tercos a seguir dándole medicamento y mantenerla conectada a un respirador. – Que difícil ha de ser para ella. – Si ‘entenao’, mi mamá ya está muy grande, acaba de cumplir 86 años, de los cuales 45 fue enfermera.
– Oh, entonces ella se las sabe de todas, todas, para eso de los tratamientos. – Ándale, es lo que me dice ella, que ya no tiene caso mantenerla así que solo está sufriendo, a ella le tocó ver muchos pacientes, que pedían a gritos que ya los dejaran morir.
– ¿Y ya lo hablaste bien con tus hermanos? – Si, pero de los siete que somos, solo mi hermana la menor y yo estamos de acuerdo en cumplir la voluntad de mi mamá.
– ¿Y porqué crees que se ponen así? – Yo creo, y bueno, puede ser que yo esté equivocado, que es por el cargo de conciencia, porque solo mi hermana y yo hemos estado al pendiente de mi mamá estos últimos años, y como que ellos no aceptan que ya mi mamá ya desea descansar, ahora sí que quieren tenerla viva a huevo.
– No pues el remordimiento es cabrón mi Mando, a lo mejor les está cayendo de peso todo el tiempo que se distanciaron de tu mami.
– Y yo lo entiendo, pero esto de aferrarse a mantener con vida a mi mamá, es más una decisión basada en su egoísmo, que el deseo de ayudarla – dijo Armando quebrándosele la voz.
– Pero, entonces¿a qué van a Valles? ¿hay otro tratamiento allá o qué onda? – No, el estado de San Luis, es uno de los pocos con la ley de voluntad anticipada. – Oh ya entendí. – Si entenao’, esa ley permite se rechacen tal o cual tratamiento que prolonguen la vida. – ¿Y cómo se tramita eso? – Pues hay de dos formas, una es ante un notario con testigos y otros requisitos, pero cuando están muy enfermos y atados a una cama de hospital, se puede hacer con una nota clínica y dos testigos ahí mismo donde está internado el paciente. – Híjole que difícil.
¿Y Tamaulipas no cuenta con esa legislación? – No, solo Ciudad de México, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Sonora, Yucatán y Tlaxcala… me las aprendí todas mano. – Y como Valles es lo más cerca… – Cuando mi mamá estuvo internada en Monterrey supimos de esto, pero ya estaba firmado el traslado Ciudad Victoria, si no, nos hubiéramos ido a Saltillo. – ¿Y ahorita quién esta aquí en Victoria? – Solo mi hermana menor y yo, los demás ‘no tienen tiempo’ de acompañarnos …ya sabes. – Y por eso se van a Valles…
– Si, mi mamá nos dijo que por favor no le avisáramos a los demás, porque de seguro se iban a oponer. – Pero si es la voluntad de tu mamá deberían respetarla.
– Es lo que más quisiera ella, pasar sus últimos días ahí en la casa con sus nietos y bisnietos, pero por la testarudez de mis hermanos, va a tener que terminar en un hospital en otra ciudad, y no en su querido Altamira, mi mamá ya hasta grabó un video, explicándoles por qué quiso hacer esto, ¿ves hasta dónde tuvo que llegar por la cerrazón de mis carnales?.
Armando se notaba triste, pero a la vez resignado y tranquilo por estar dispuesto a cumplir la última voluntad de su madre. Se despidieron con un cálido abrazo.
Ojalá que nuestros legisladores locales, se pusieran a pensar en todas estas leyes tan necesarias, y se dedicaran a trabajar en ellas, en vez de andar armando vergonzosos argüendes en el Congreso del Estado. Demasiada pata de perro por esta semana.
POR JORGE ZAMORA