A pesar del evidente desgaste de la figura presidencial, de los yerros políticos que empiezan a hacer mella en el Gobierno Federal, en la 4T pueden respirar tranquilos.
Incluso el choque de trenes que se avecina con el proceso interno para la sucesión, y que podría derivar en rupturas y una batalla campal de las tribus morenistas, parece inocuo.
Ni los escándalos de corrupción, ni la andanada empresarial contra el obradorismo, ni las múltiples representaciones de la oposición diseminada en diferentes organizaciones que buscan venderse como ciudadanas, parecen hacer mella en el camino de Morena para retener la Presidencia de la República.
Esta realidad desoladora para los contrincantes de López Obrador, desde los más ecuánimes -que los hay pero son menos ruidosos- hasta los obsesivos que insisten con la cantaleta de la dictadura con la ligereza que solo otorga la ignorancia, tiene una sola razón: la pobre oferta política que por lo menos hasta este momento han presentado los partidos de oposición.
La pasarela de presidenciables que organizó el Colectivo Unidos sirvió más que para consolidarlos, para evidenciar la miseria que sufren las instituciones justo ahora, cuando necesitan al candidato más sólido y atractivo de su historia.
Lo que presentaron fue una lista de personajes ligados todos a la política más rancia, la misma que ocasionó el hartazgo generalizado de la ciudadanía que convirtió a López Obrador en el presidente con más respaldo popular de la historia moderna del país.
Que cada quien haga la valoración que considere de las capacidades y la reputación de cada uno de los “presidenciables” de la oposición, pero después de eso, tendrían qué preguntarse: ¿qué pueden ofrecerle al electorado de este país políticos como Santiago Creel, Enrique de la Madrid o Silvano Aureoles?
¿Cómo haría campaña el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca si no resuelve su compleja situación legal?
¿Alguien de verdad conecta con perfiles “ciudadanos” como los de Gustavo de Hoyos, Lilly Téllez o el tampiqueño José Ángel Gurría?
¿Algún partido de verdad estaría dispuesto a cederle la candidatura presidencial a alguno de ellos?.
A la oposición, queda claro, ya se le hizo tarde.
EL NEGOCIO DE LA SEGURIDAD
En las últimas comparecencias ante el Congreso del Estado por la Glosa del Primer Informe de Gobierno, se ha puesto sobre la mesa un asunto que poco a poco empezará a mencionarse con más fuerza.
El contrato multimillonario que firmó la administración anterior para la construcción y equipamiento del C5 en Reynosa, con la sociedad TRES10 S.A de C.V, conformada por la empresa Comunicación Segura, una filial de la super poderosa Seguritech, que brinda este tipo de servicios en prácticamente toda la República.
Por esos conceptos, el Gobierno del Estado tendrá que pagar hasta el 2025 cerca de 50 millones de pesos mensuales.
El problema, más allá del gasto, es que cuando el Ejecutivo recuperó el control de los centros de control y vigilancia que se habían pasado a la Fiscalía General de Justicia, se encontraron con múltiples irregularidades.
Esa historia apenas comienza.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES