En 1946 al iniciar el gobierno del licenciado Alemán Velasco, el gobierno federal le dio en concesión por treinta años al magnate veracruzano Jorge Pasquel Casanueva, el rancho de San Ricardo, en el municipio de Ciudad Valles, y así poder explotar sus miles de hectáreas.
Esa propiedad tenía como limite al norte, la frontera de San Luis Potosí con Tamaulipas. San Ricardo era una propiedad perteneciente a la jurisdicción de Valles, llamada antes hacienda Del Llano y que actualmente se llama ejido Laguna del Mante.
Era tan grande, que, para recorrerla de Norte a Sur, se necesitaba avanzar 35 kilómetros por la carretera entre Mante y Valles. Y de oriente a poniente, las tierras abarcaban de sierra a sierra. Se dice que debió haber sido dueño de al menos 20 mil cabezas de ganado, tan solo en dicha finca.
Este rancho no era el único que tenía el señor Pasquel. En la región se le conocían las haciendas El Naranjo, Tepeyac y El Estribo. Pasquel contaba con 36 vaqueros, a los cuales les hizo casas de piedra, pagándoles un sueldo de $2.50 a la semana. Muchos de sus trabajadores eran nativos de los ranchos de El Salvador y San José, localidades de Antiguo Morelos, enclavadas en la frontera sur de Tamaulipas con San Luis Potosí.
ORIGENES DE PASQUEL
Nació a las cuatro y media de la mañana del 23 de abril de 1907, en la calle de la Pastora del puerto de Veracruz, siendo sus padres don Francisco Pasquel y Landero, conocido comerciante del puerto y doña Marta Casanueva. Desde muy joven se fue a vivir a la Ciudad de México. De carácter extrovertido, palabra fácil, capaz de la broma pesada y conocido por sus reacciones fuertes. De regreso en su ciudad natal, comenzó a trabajar en la agencia aduanal “Pasquel hermanos”, propiedad de su padre; fue el inicio de su carrera como hombre de negocios. Para 1927 tenía 20 años y grandes amistades que lo arrastraron a la lucha por el poder.
Las actividades comerciales de “Pasquel hermanos” consistían en la importación de mercancías provenientes de Europa, reguladas por la actividad aduanera. Fue esposo de Ernestina Elías Calles, hija del ex presidente, general Plutarco Elías Calles, con quien no gozaba de buena relación. Fue dueño del periódico capitalino “Novedades”
COMETIÓ ALGUNAS ARBITRARIEDADES
Dicen que al ser amigo íntimo del presidente Miguel Alemán, le consintieron varias arbitrariedades, como cuando echaron a rancheros de la región aledaña a San Ricardo fuera de sus tierras apoyado por el ejército.
A raíz de ese hecho, fundaron frente a la antigua comunidad de San José del Sabino, la ranchería de El Salvador, municipio de Antiguo Morelos.
Se dice, sin poder comprobarlo, que otra de las arbitrariedades de Pasquel fue mover los límites entre Tamaulipas y San Luis Potosí, para así poder beneficiarse.
PERO TAMBIÉN TRAJO BENEFICIOS A TAMAULIPECOS
En esos días Antiguo Morelos tenía una posición estratégica, por ser y griega de dos carreteras nacionales, por lo que en 1949 Jorge Pasquel Casanueva decidió invertir en la cabecera municipal, adquiriendo un amplio terreno sobre la carretera MéxicoLaredo, para construir la gasolinera, hotel y restaurante “Tepeyac”.
Su hotel llegaría incluso a competir con los de Mante, pues se sabe por periódicos de la época, que equipos de futbol, como las Chivas, se alojaban ahí, previo a sus juegos contra el Tampico.
En el municipio de Ciudad del Maíz, Pasquel tenía otra gasolinera “Tepeyac”, la cual estaba localizada en su rancho del mismo nombre. En ese rancho, mandó construir en 1956 un mural de pedrería con Rosendo Soto y Jorge Best, alumnos de Diego Rivera.
FIGURAS DEL CINE NACIONAL EN LA REGIÓN DE MANTE
La presencia de Pasquel en estas tierras huastecas, así como la de Mario Moreno “Cantinflas” en Ciudad Valles, hicieron que muchas personalidades relacionadas con el cine nacional, visitaran seguido nuestra región.
Un ejemplo de ello, es la presencia en el rancho Las Flores, municipio de Antiguo Morelos, de don Felipe Mier y de Oscar J. Brooks, productores de películas taquilleras como las de Tin-Tan, Andrés Soler, Jorge Negrete y Pedro Armendáriz; quienes practicaban la caza a invitación del cubano-antiguomorelense Jorge Basulto Román.
Testigos de la época, señalan que, en innumerables ocasiones, Jorge Pasquel recorrió sus propiedades en Morelos y Valles con artistas de la talla de María Félix y Miroslava, con las qué se dijo, llegó a tener apasionados romances.
SU TRÁGICO FINAL
La historia del veracruzano pronto llegaría a su fin y con ello de cierta manera, el crecimiento de Antiguo Morelos. Pasquel había volado a San Ricardo el 7 de marzo de 1955 para poder cerrar una compra de ganado y debía volver antes de las diez de la noche a la capital de la república, pues su hijo estaba convaleciente de una operación de las anginas.
Don Leopoldo Alba Zapata, quien en esos días se desempeñaba como subadministrador de El Tepeyac de Antiguo Morelos, recuerda que ese día el magnate estuvo en la villa, pues en el restaurante cerró el trato de unos becerros, partiendo de aquí a las cinco de la tarde con rumbo la pista aérea que tenía en San Ricardo. Ya en San Ricardo, dispuso que se mataran siete novillos para llevar carne fresca a sus amigos de la ciudad de México. Una vez cumplido el encargo, ordenó que se subieran los canales al avión.
Testigos afirman que el piloto protestó enérgicamente, pues era demasiado peso y podrían tener problemas para despegar. Pero el jefe replicó: -Tú haces lo que se te ordena, el que manda aquí soy yo, ¡Yo conozco de esto! Después de todo, sabía lo que traía, pues andaba estrenando el avión llamado Tepeyac II, que formaba parte de la flotilla exclusiva a su servicio.
El historiador vállense Julián Díaz, señala que esa noche, los vehículos de la hacienda “San Ricardo” se apilaron en torno a la pista y encendieron los faros, para con su luz indicar al piloto la trayectoria del despegue.
A las 21:10, con cielo parcialmente despejado, buena visibilidad, aunque en la sierra había neblina ligera, el avión despegaba y mandaba su mensaje a los aeropuertos: “Despegamos de San Ricardo a las 21:10, estamos volando por instrumentos, esperamos estar en México a las 22:20 horas…”
La nave empezó a fallar y dio una especie de vuelta en círculo hacia la montaña de Tanchipa, como tratando de regresar, pero sin alcanzar demasiada altura.
En las cumbres, en los límites de Ciudad Valles y Tamuín, fue a estrellarse en un gigantesco árbol de higuerón; eran aproximadamente las nueve y cuarto de la noche. Nada pudo hacer el mayor Jacobo Estrada Luna, veterano del Escuadrón 201, quien, a pesar de su experiencia, perdió el control del bimotor Lockheed Ventura Loadster C-60, matrícula XB-XEH y se desplomó en una pendiente de la abrupta sierra, a escasos quince kilómetros de la pista. Se dice que una falla en un motor al iniciarse el vuelo, muy probablemente por el acceso de peso, fue la causa del desastre.
COMIENZAN LAS LABORES DE RESCATE
El día 8 de marzo don Roberto Pasquel, tío del antiguo “dueño” de la Liga Mexicana de Béisbol, declaró a la prensa nacional que entre los escombros del avión no se encontraron señales de vida.
Las autoridades de ciudad Valles, que dirigían la búsqueda, dijeron a la prensa que no había esperanza de encontrar sobrevivientes. Noticias recibidas desde Tampico confirmaban el desastre aéreo, asegurando que el percance fue en el cerro El Sabino, cerca de Antiguo Morelos y que los restos fueron localizados por aviones de la Compañía Mexicana de Aviación.
A las cuatro de la madrugada, a bordo de un rápido avión, arribo el cuñado de Pasquel, doctor Teódulo Abundis, quien junto a los sobrinos del magnate, José Rodríguez y Eduardo Pasquel, procedió de inmediato a organizar brigadas de rescate que integró con personal de servicio del rancho San Ricardo, entre los que se encontraba el joven antiguomorelense Policarpo Castillo Batres.
Las brigadas de rescate llegaron a pie a las once de la mañana del día 8, pero no se creía posible que retornaran antes de la media noche, pues se trataba de una penosa jornada por senderos muy abruptos. Finalmente, en la noche fueron recuperados los cadáveres, y los restos de Jorge Pasquel fueron trasladados al puerto de Veracruz, donde serían velados en la casa familiar, ante una sociedad jarocha muy consternada.
Los cuerpos de los demás tripulantes fueron llevados a la ciudad de México. A las pocas horas se esparció una leyenda urbana, en torno a la presencia de la actriz Miroslava entre los tripulantes, algo que cobró pues el 9 de marzo fue anunciada su muerte de forma misteriosa.
Testigos afirman que sólo dos cuerpos quedaron carbonizados, los demás destrozados pero reconocibles. La identificación del cadáver de don Jorge fue posible por un tornillo de aluminio que le había puesto el doctor Alejandro Velazco al operarlo tras el ataque de un leopardo en África. Se dijo que, llegó a confundirse la carne de los novillos con la de los humanos.
POR MARVIN OSIRIS HUERTA MÁRQUEZ