CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La vida de Aldo Sánchez Cruz no ha sido nada fácil, pues ha tenido y tiene que superar difíciles obstáculos, pero a pesar de todo, a diario se levanta a las seis de la mañana para acudir a trabajar, pues lo tiene muy claro, “Mi Plan “A” es trabajar, el “B” es chingarle y el “C” es juntar las dos primeras”.
Desde hace 25 años, la Plaza Hidalgo de Ciudad Victoria, ha sido el centro de trabajo de Aldo, asegura que ya es su casa, ahí labora como bolero, oficio que emprendió debido a que nadie le daba trabajo por ser discapacitado.
En la camioneta que adaptó para manejar con las manos, llega al Nueve Morelos, ahora, se monta en el “carrito” que restauró para poder tener “movilidad” mientras bolea, recuerda que “Hace 29 años yo era chef y tuve un accidente en una moto, me golpearon, la señora que me tumbó se espantó y me pasó el carro por encima, me arrastró y me dejó lesiones en la columna y piernas, la vida me cambió pero siguió”.
Una de las cosas más complicadas en su nueva condición, fue encontrar trabajo, pues “Me veían discapacitado y en silla de ruedas, y no me daban el jale, la mentalidad de antes era diferente, yo duré meses llenando solicitudes, compré el blog completo, pero no me daban trabajo”, confiesa.
El nacido en la Colonia Benito Juárez Reynosa, Tamaulipas, recuerda que hubo momentos de mucha presión, “Yo ya no quería vivir en la casa de mis suegros, un día alcancé a escuchar que me llamaban “huevonazo”, me partían como con un hacha, a veces no dormía, pero no tenía trabajo por qué no me lo daban, no porque no quisiera trabajar”.
La suerte cambió tres meses después, justo cuando su amigo Martín “El Gordo Volador”, ex luchador, entrenador de equipos de fútbol infantiles y también bolero, lo invitó a probar suerte en este último oficio. Y se quedó.
“Martin me regaló 15 días para que boleara en su silla y en solo dos dias junté para irme con mi mujer a rentar una casa, y nos fuimos a la Obrera. ‘El Gordo’ me recomendó rentar una silla, él ya miraba que todos los días quería ir ahí con él, así que empecé pagando $15 pesos por día por una silla”.
Y gracias a su suerte, se pudo comprar sus propia silla. “Un día descubrí que iba un vato con el librito y se paraba con los taxistas, era el que vendía “la bolita”, estuve comprando 15 días ‘chulo’, y que le pego, me gané 35 mil pesos y gracias a eso pude comprar mi silla, es la que sigo usando”.
La simpatía de Martín y sobre todo, las ganas que le pone a cada par de zapatos que lustra, le valió para comenzar a ganar más y más clientes.
“Parecía que tenía imán, en un mal día hace 25 años, sacaba $300 pesos y en el mejor día que tuve gané $2,800 pesos, fueron como 115 boleadas, me ardía la espalda, fue en el 2002”.
Martín se volvió el bolero favorito de muchas personas, incluso hasta de gobernadores, rectores y personalidades de la televisión.
“De Políticos ha venido de todo, el que era mi cliente y de quién yo me consideraba su fan, es Eugenio Hernández, a las siete de la mañana llegaba y se bajaba sin escolta, era gobernador, llegaba y me decía ‘Órale cabrón, déjamelas mas que nuevas’ y eso que venían limpias, pero le gustaba venir a la plaza”, platica sonriendo.
“Con él Rector que mejor me fue es con Chucho Lavín, él me dio la oportunidad de que estudiar, pero solo llegué a segundo año, también venían Filizola, Chema y Jesús Santos Lavin”.
Además, lo llena de orgullo indicar que “No me lo vas a creer, yo aquí tuve a la Jitomata y la Perejila hace ocho años, también a Pompín Iglesias, también tuve aquí a Ana Guevara”.
Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues vinieron más momentos complicados, para fotos, cómo la pandemia.
“Yo no me he levantado de la pandemia, caí en un bache, estoy en números rojos, aparte que tenemos un familiar enfermito, no hay trabajo como había antes. Los políticos nos desampararon, murieron muchos de mis clientes, más de 147, esto nos está acabando, todo está más caro y no hay quien nos ayude, al jodido lo quieren ver más jodido y uno tiene que remar sobre eso”.
Para encarar esas dificultades, siempre tiene a su lado a su esposa y fiel compañera, Fernanda, “Los dos hemos jalado la carreta, no es fácil, ahorita tiene tres meses que se fue a cuidar a su mamá. Me ha aguantado en etapas bien canijas, viene y me pone la sombra, me trae de almorzar y me pone ungüentos por que sufro mucho de llagas, más por el calor.
Junto a fernanda, ha sacado adelante a sus tres hijos, Ricardo, Ángel y Eloísa.
Una de las características que tiene el negocio de Aldo, es que de inmediato te das cuenta de su pasión por el América, aunque ahora ya disfruta más cuando pierden.
“Mira chulo, traigo la del mejor equipo, la raza me identifica de que soy Aguila. Me di cuenta de que cuando pierde el América, no descanso, es cuando más trabajo tengo y es por que la raza me quiere dar carrilla, es increíble, yo me preparo para el carro. Ahora que perdió la final ya no sabía que hacer de tanta gente que vino”.
Aldo hace una pausa, se le vienen mil recuerdos a la mente y afirma, “No sé si este trabajo me encontró o yo lo encontré, yo gozo mi trabajo, soy feliz, por que ni el cansancio siento y no vamos a dejar que el oficio del bolero muera nunca”.
PIE A
Aldo asegura que cuando pierde el América, no descansa y “es cuando más trabajo tengo y es por que la raza me quiere tirar carrilla”
PIE B
Aldo pudo comprarse su silla de bolero hace 23 años gracias a que “le pegó a la bolita”
PIE C
Aldo Sánchez Cruz sufrió un accidente hace 29 años que lo dejó en silla de ruedas
LA CIFRA
25 Años lleva como bolero
115 Es su récord de boleadas en un día
LA VOZ DEL BOLERO
“No sé si este trabajo me encontró o yo lo encontré, yo gozo mi trabajo, soy feliz, por que ni el cansancio siento y no vamos a dejar que el oficio del bolero muera nunca”.
“Eugenio Hernández, a las siete de la mañana llegaba y se bajaba sin escolta, era gobernador, llegaba y me decía ‘Órale cabrón, déjamelas mas que nuevas’ y eso que venían limpias, pero le gustaba venir a la plaza”
“Yo no me he levantado de la pandemia, caí en un bache, estoy en números rojos”
ALDO SÁNCHEZ CRUZ
BOLERO
DANIEL RÍOS
EXPRESO