+ La remoción de los fiscales, es asunto que deben resolver los diputados
+ Matamoros: Quiénes son aspirantes de morena a presidencia municipal
+ Reynosa también ha enfrentado la alternancia en el poder dos ocasiones
Hay elementos suficientes para que el jefe del Ejecutivo estatal le solicite al Congreso local la remoción del fiscal general de justicia –comisión de actos graves (previstos en la Ley General de Responsabilidades Administrativas), por ejemplo–, pero para actuar en consecuencia la LXV legislatura en turno debe aprobar la destitución con el voto de las dos terceras partes del pleno.
Es decir, con la aprobación de 24 diputados de 36 que lo conforman. Lo supo el grupo parlamentario de Movimiento Regeneración Nacional (morena) desde el momento mismo de instalarse en el poder, pero con sus reyertas desatendió el asunto aun y cuando la separación del fiscal ha sido, es, un reclamo ciudadano ante el mar de arbitrariedades, omisiones, malas interpretaciones legales, violaciones a los derechos humanos y excesos en la procuración de justicia.
A cambio, esa fracción parlamentaria promovió, ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), una impugnación para ‘invalidar la reforma constitucional del 30 de septiembre de 2021’ que, por cierto, decreta que el fiscal permanecerá en el cargo durante siete años y sólo será removido por ausencia y/o solicitud del gobernador, pero con la aprobación de la mayoría legislativa dentro de los diez días de la petición ya que, vencido el plazo, no podrá (el fiscal) ser depuesto por las mismos acusaciones que originaron el procedimiento.
El martes que nos antecede (agosto 8) la SCJN ratificó lo dispuesto en el Artículo 125 de la Constitución Política de Tamaulipas (en torno al tema), aprobando el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien consideró que: ‘el acto no incide de manera directa en algún derecho fundamental, sino que se trata de un aspecto orgánico’, dejando sin efectos la impugnación.
Por tanto, le corresponde, aunque desde el 1 de octubre del 2021 esto le ha correspondido a la LXV Legislatura del Congreso local, acordar (entre los distintos grupos) la remoción del fiscal general de justicia.
Así como del fiscal anticorrupción (Raúl Ramírez Castañeda), por ser necesarias para la recuperación del marco jurídico en Tamaulipas, pues comprobado está que ambos sirven al exmandatario y por eso obstaculizan las averiguaciones en contra de los otrora funcionarios que infamemente saquearon las arcas.
Desconozco quiénes ‘asesoran’ (legalmente) a la diputada local Úrsula Patricia Salazar Mojica, presidente de la Junta de Gobierno del Congreso y por eso omito consignar personalidades, pero sí me queda en claro que, en materia electoral, constitucional y/o legislativa han fallado como las ‘figuras’ contratadas por el gobierno estatal que meten mano en asuntos legislativos torpemente.
Entonces, ¿cómo operar para que prospere la remoción del fiscal? Lo peor del caso, es que para reformar la reforma se requieren cuando menos 24 votos.
Algo que la tampiqueña no ha podido lograr por sus ‘riñas’ con los diputados opositores. Incluso cuando ella misma jugándole las contras a la consejera jurídica gubernamental (Tanía Gisela Contreras López), ha defendido públicamente la actuación del fiscal.
Son ahora (ella incluida), 16 diputados locales de morena, dos del PRI, tres sin pertenencia partidista y uno de Movimiento Ciudadano (MC) que se muestran dispuestos a votar para las remociones de Irving Barrios Mojica y Raúl Ramírez Castañeda, así como para fincarle cargos a su antecesor por distintos delitos: Javier Castro Ormaechea, habilitado como ‘un magistrado’ de número en el Supremo Tribunal de Justicia de Tamaulipas.
Para actuar en consecuencia, requiere la legislatura dos votos más. Y para conseguirlos, sólo falta voluntad, mano izquierda y cabildeo.
MATAMOROS, ¿QUIÉN SIGUE?
Matamoros es un municipio que ha registrado la alternancia en el poder en varias ocasiones. Desde 1981 cuando Jorge Cárdenas González, cobijado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), se adjudicó la alcaldía que durante 52 años tuvo bajo su control el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Finalizaba entonces la gubernatura de su hermano, Enrique Cárdenas González. Después de concluir (el ahora extinto) su mandato en 1984 –siendo el gobernador Emilio Martínez Manatou–, el tricolor recuperó la plaza que fue uno de sus nichos estatales en la segunda mitad de su régimen, durante la gestión sexenal de Américo Villarreal Guerra y el primer trienio del ejercido por Manuel Cavazos Lerma, pues el uno de enero de 1996 se instaló en la presidencia municipal Ramón Antonio Sampayo Ortiz, miembro del Partido Acción Nacional (PAN).
En 1999, se dio una nueva alternancia –régimen de Tomás Yarrington Ruvalcaba–, retornando el PRI al poder municipal que ostentó nuevamente a lo largo de tres lustros –seis años con Tomás, como gobernador; seis con Eugenio Javier Hernández Flores y tres con Egidio Torre Cantú–, pero, allá en 2013 –la segunda mitad del régimen de Egidio–, el PAN ganó, de nueva cuenta la alcaldía –merced a la pésima administración de Alfonso Sánchez Garza–, con Norma Leticia Salazar Vázquez, aunque sólo por un trienio, ya que en 2016 –al arrancar el régimen de Francisco Javier García Cabeza de Vaca–, se dio otra alternancia, con Jesús de la Garza Díaz del Guante, que favoreció al PRI. En 2018, Movimiento Regeneración Nacional (morena), llevando como candidato a la alcaldía a Mario Alberto López Hernández ganó esa posición – nueva alternancia–, refrendando así posicionamiento con la reelección del 2021.
En su primera administración y durante un año de su segundo período, ‘La Borrega’ fue opositor del exmandatario estatal panista. Y salió bien librado, aunque aún le falta aclarar algunas observaciones sobre la cuenta pública que no le ha sido aprobada por el Congreso local. Hoy dice trabajar, codo con codo, con el gobernador Américo Villarreal Anaya.
Pero… ¿Al momento de definir la candidatura para su relevo estaría dispuesto al ‘sacrificio’ de sus proyectos a y b para que la decisión se tome en CV? Hasta donde observo, sus ‘cartas’ son: + Carlos Ballesteros Gálvez, secretario del ayuntamiento; y + Víctor Manuel García Fuentes, secretario de Salud municipal.
El primero aparece en los momios como favorito del alcalde, porque su amistad data de años y comparten información privilegiada, pero en aquella localidad saben que sería una marioneta de ‘La Borrega’; El segundo goza de la amistad y el reconocimiento del gobernador por sus servicios como médico. Del diputado local (por el décimo distrito local) José Alberto Granados Favila –quien en múltiples videos se aprecia que ¡no sabe leer! y hasta ha sido acusado de falsificar documentos (título y cédula profesional) –, Mario Alberto López Hernández nada quiere saber, aunque éste se ostenta como ‘delfín’ de la secretaria de Bienestar (estatal), Verónica Adriana Aguirre de los Santos, a quien podría traicionar como lo hizo en dos ocasiones con ‘La Borrega’: una, siendo el falsificador secretario de Bienestar municipal y otra cuando fue alcalde interino.
No obstante, en la palestra, con mucha fuerza asoma el diputado local Isidro Jesús Vargas Fernández, quien fuera presidente de la mesa directiva de la LXV Legislatura cuando el gobernador Américo Villarreal Anaya le dio lectura a su primer informe de labores (marzo 15 del año en curso).
Y hasta eso, con gratos comentarios, pues como legislador se le ubica como uno de los más propositivos, sensatos y bueno para el debate, lo que me lleva a suponer que sería un candidato de morena para la reelección, la diputación federal por el cuarto distrito o prospecto a la alcaldía, en caso de serle negado ‘el palomeo’ a Verónica para imponer abanderado; o a Mario Alberto para decidir su propio relevo.
Caminante no hay camino
Allá, en esa localidad violentada por el crimen organizado ante la tolerancia del alcalde ‘fugitivo’, Carlos Víctor Peña Ortiz, abandonada en la prestación de servicios públicos municipales primarios y desorden administrativo en el ayuntamiento, se registra intenso movimiento mediático de los aspirantes a relevar al mentado ‘Makito’, quien, por cierto, aspira ser reelecto.
Reynosa fue bastión priista de 1958 a 2004 (46 años), hasta que en el 2005 registró la alternancia al perder la alcaldía, ante el PAN –léase, frente a Francisco Javier García Cabeza de Vaca–, cogobernando el panista: con Eugenio Javier Hernández Flores, en su primer trienio.
Y en 2008, el PRI recuperó la plaza (otra alternancia), usufructuándola hasta 2016 cuando se registró una nueva alternancia bajo el fuerte dominio de Maki Esther Ortiz Domínguez, representado al membrete albiceleste, al que por cierto traicionó para imponer a su vástago Carlitos, como candidato por el membrete guinda. La chihuahuense de nacencia, aceitó todo el aparato político que armó en Reynosa durante su estancia para hacer ganar a su hijo.
Y lo logró, pero este joven se ha visto en problemas judiciales por la duplicidad de las actas de nacimiento y realizar operaciones financieras con distintas identidades.
Hoy, prácticamente, es fugitivo de la ley. Como sea el alto mando morenista deberá analizar concienzudamente seguirle el juego a Maki para que su hijo repita en el cargo, darle a ella una salida como diputada federal a cambio del ‘sacrificio’ de su vástago o correr el riesgo de una nueva alternancia.
Por morena, se mencionan como aspirantes: Armando Javier Zertuche Zuani (diputado local) quien coordina a los grupos simpatizantes (estatales) del aspirante presidencial Marcelo Luis Ebrard Casaubón; Magaly Deandar Robinson, también diputada local; Humberto Prieto Herrera –otro diputado local que otrora militara en el PAN–, como a Luis Miguel Iglesias Elizondo, quien es director regional de Bienestar en la entidad. Zertuche Zuani fue presidente de la Junta de Coordinación Política, en la LXV legislatura del Congreso local, coincidiendo con Magaly y Humberto, no sólo en las embestidas albicelestes, sino soportando a la intolerante Úrsula Patricia Salazar Mojica; mientras Luis Miguel vive una ‘luna de miel’ con su jefa, Verónica Adriana Aguirre de los Santos.
Cicuta
Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz estuvo en Tampico el viernes que nos antecede causando grata impresión. Y dejó en claro que el político más preparado que tiene morena para el proceso electoral del 2024 es Marcelo Luis Ebrard Casaubón.
Con su apreciación prácticamente descalifica a su amiga Claudia Sheinbaum Pardo, quien repite y repite que la aspirante ‘X’ sólo representa al pasado.