Cuando parecía que nada debilitaría la unidad del bloque opositor, el Partido de la Revolución Democrática ha puesto otra vez en riesgo el proyecto del Frente Amplio por México, aparentemente porque se incumplieron los acuerdos.
Como se sabe, contrario a lo pactado originalmente, las cúpulas aliancistas dejaron fuera del proceso interno a los precandidatos del PRD, Silvano Aureoles y Miguel Ángel Mancera, a pesar de que, según afirman, recabaron las firmas exigidas por las reglas de la competencia.
El dirigente nacional del Sol Azteca, Jesús Zambrano, ofreció una conferencia de prensa en la que advirtió que no van a aceptar exclusiones políticas que afectan a sus aspirantes y que, en tanto se subsana el problema, se decreta una pausa a los trabajos de la agrupación.
Para aclarar las cosas, el jerarca informó que se ha solicitado una audiencia al comité organizador, sin embargo, dejó claro que, a reserva de las aclaraciones, en caso de ser necesario se consultará a la militancia para resolver si el partido continúa o no en la alianza.
Los aspirantes perredistas excluidos de la competencia, por su parte, adelantaron que impugnarán el proceso ante las autoridades electorales.
¿Cuál será el desenlace de la pugna? A ciencia cierta no se tiene idea, aunque en los círculos políticos se dice que, si no se aclara la exclusión de manera satisfactoria, el partido amarillo podría ir solo o apoyar al Movimiento Ciudadano el 2024.
Hablando de otras cosas, la buena noticia es que, de acuerdo con una evaluación del CONEVAL, la carencia alimentaria ha llegado a su nivel más bajo en el sexenio del presidente López Obrador.
Las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social indican que, en 2022, siete de cada diez mexicanos tuvieron acceso a comida suficiente y nutritiva para llevar una vida saludable.
En 2018 carecían de ella 22.5 por ciento de la población del país, pero el año pasado se redujo al 18.2 y es menor a la que se observaba en 2016, que fue de 21.9. En resumen, ahora las limitaciones a una alimentación nutritiva y de calidad pasaron de 26.5 millones de personas a 23.4 millones, 3 millones menos de pobres.