No podía ser de otra manera: la liberación de Eugenio Hernández Flores generó todo tipo de interpretaciones, e incluso pronósticos de un posible reacomodo de las dinámicas políticas en el estado.
Luego de seis años en prisión, y aún con un asunto legal que resolver -la solicitud de extradición- parece improbable que el ex gobernador tenga el interés de involucrarse en nuevas aventuras políticas.
Pero es cierto que su libertad, así sea condicionada, puede mover la brújula de algunos personajes de cara al 2024.
El asunto tiene múltiples aristas, porque más allá de lo jurídico, se da en un momento en el que se discuten las condiciones de la alianza PRI-PAN en Tamaulipas.
En el pasado, cuando por primera vez se puso sobre la mesa la posibilidad de competir juntos en la elección del 2021, un sector importante de los priístas se preguntaron cómo podrían formar coalición con los responsables de la persecución que sufrieron muchos de sus militantes más destacados, empezando por Eugenio Hernández Flores.
La consecuencia de esta contradicción fue notoria en la elección del 2022, donde priístas y panistas coexistieron siempre con desconfianza, y los resultados ya son bien conocidos.
Aún hoy, resuenan los lamentos priístas porque los operadores de la campaña volcaron la votación solo para Acción Nacional, causándole al PRI el peor resultado de su historia.
En todo caso, la liberación de Eugenio ahonda la confusión política que sufren los tricolores.
El fin de semana, por ejemplo, no hubo posicionamiento oficial del Comité Directivo Estatal del PRI -mucho menos del CEN- pero sí hubo publicaciones personales de connotados militantes, incluido su dirigente, Carlos Solís Gómez, quien, jubiloso, reiteró que el ex gobernador fue detenido “injustamente por delitos fabricados”, aunque claro, no detalló quién estuvo detrás de esa fabricación.
Sobra decir que como en el 2022, la negociación de la alianza PRI-PAN-PRD se realizará en la Ciudad de México y poco o nada podrán opinar los priístas tamaulipecos.
Pero es cierto que la libertad de Eugenio Hernández es un elemento distinto, porque refresca la histórica animadversión entre el priísmo acendrado y los cabecistas que mantienen bajo su control las estructuras políticas del PAN.
¿Se baja Beatriz?
Se puso en marcha una operación fulgurante para que Beatriz Paredes decline y deje libre la cancha para que Xóchitl Gálvez sea la candidata de la oposición.
Así, el Frente Amplio se ahorraría la fatiga de organizar la consulta interna del domingo, que pondría el cerrojazo final al proceso interno y que definiría a la ganadora.
Buena noticia para el oficialismo, si Beatriz cede a las presiones impulsadas incluso desde el interior de su partido, estarían dándole la razón al presidente, y tirando por la borda la posibilidad de mostrar la imagen de una Xóchitl ganadora.
La reemplazarían con otra imagen, la de la simulación.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES