El fundado temor de que al final del proceso interno Beatriz Paredes triunfara, obligó a las dirigencias de la alianza maldita adelantar el golpe a favor de Xóchitl Gálvez. Tan “demócratas” se presumieron Alejandro Moreno Cárdenas, Marko Cortés y Jesús Zambrano que violentando las reglas obligaron a que la tlaxcalteca rindiera la plaza bajo argumentos que ciertos o no, crearon un confuso ambiente no solo para la militancia sino para la opinión pública.
La más sorprendida pareció ser Bety, (a pesar de saber que sucedería), sin embargo, ante el rumbo que tomaron los acontecimientos y echando mano de su experiencia, lealtad y disciplina hubo de aceptar la consigna de la minoría rapaz que, a partir de su retiro, la condena al anonimato. En este sentido no es fortuita la expresión respecto de que su carrera ha terminado. Aunque no se irá sola porque arrastrará a los principales actores de la comedia, considerando que difícilmente volverán a figurar “Alito”, Santiago Creel, Enrique de la Madrid, Lilly Téllez o Silvano Aureoles, incluso Xóchitl quien después del próximo junio también habitará el cementerio del olvido donde yacen Francisco Labastida Ochoa, Manlio Fabio Beltrones, Carlos Salinas de Gortari, Enrique Vicente Fox, José Antonio Meade, Felipe Calderón o Ricardo Anaya, entre otros.
Xóchitl será candidata del llamado “frente amplio” sin posibilidad de triunfo y con mayor razón ahora que se muestra cual materia de fácil manipulación. Va hacia una campaña sin propuestas y por lo mismo engañosa donde provocaciones y escándalos pretenderán manchar y descalificar la contienda y la victoria segura de la 4T. Será, (de hecho, lo es), el rostro de una generación corrupta, ladrona y traidora que rabiosamente anhela regresar al pasado.
Gálvez no tiene nada que ofrecer, al contrario. Su objetivo es destruir lo realizado por el presente régimen, incluidos desde luego, los logros en materia social y económica. PEMEX, y CFE están en la mira de los conservadores, como lo están todos los apoyos a los grupos marginados y el avance en salud y educación. Por esto y mucho más están condenados a la derrota.
La alianza maldita organizó una competencia que, a pesar de la estridencia de los medios de comunicación, a pocos convenció. Fue una farsa operada por profesionales de la mentira con tal exceso de ingenuidad que rebasó los límites de lo grotesco. Ni el peor cine de la decadencia pudo ofrecer esta película cuya pésima calidad merece el repudio popular. Se trató de un engaño justo en el escenario menos recomendado, es decir, en una sociedad donde la revolución de las conciencias es garantía de madurez colectiva.
Al empoderar a Xóchitl conforme a sus intereses, el neoliberalismo (sin excusa ni pretexto ni futuro ni esperanza), se encamina hacia el patíbulo. “Y pa’l baile vamos”.
YA NO HAY MILAGROS
Motivados por el retorno de un militante distinguido, en el PRI se engallan y echan a volar la imaginación suponiendo sacar adelante a Xóchitl Gálvez en Tamaulipas y ganar con sus candidatos locales. Es un error, claro, porque el citado personaje no pretende participar en política ni ahora y probablemente jamás… con los problemas personales Eugenio Hernández Flores tiene para consumir buena parte de sus preocupaciones y no aportarle tiempo a una causa perdida.
Por otra parte, al parecer recién le fue negado un amparo para evitar la extradición y el asunto se complica. Además, apoyar al PRI en las circunstancias actuales suena a masoquismo. Mejor dicho, respaldar al PAN que en amasiato con el tricolor van por una derrota segura. Este caso significa interés menor al ex gobernador, si es que aún no olvida la razón de su larga ausencia. Ni modo de agradecer al PAN la tristeza consumida y la historia robada.
SUCEDE QUE
“Bety la fea”. El PRI estrena comedia.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA