El paso del tren ha provocado cuarteaduras en 30 casas de la colonia Enrique Cárdenas González en Altamira.
El sector está en medio de dos vías del ferrocarril, una que conecta con el Puerto de Altamira y la segunda que va a Tampico.
«Hace los cambios y todo se empieza a mover, somos varios vecinos afectados, hablamos de unos 30 vecinos que sus casas están cuarteadas», comentó la residente, Francisca Escobar Hernández
Hace algunos años, los afectados se reunieron con representantes de Ferromex, pero no podían hacer algo.
«Pasa la vía que va rumbo al puerto y es la que genera que vibren las casas, esto lo acabo de construir y está todo cuarteado».
Criticó que han pasado varias administraciones y el problema no es solucionado, cuyo ruido tampoco deja dormir a los residentes por las maniobras que se realizan.
«No dejan dormir, pasan sonando a la una o dos de la madrugada, no es una pasada de carros y no entendemos por qué lo hacen, día y noche están golpeando los vagones porque hacen los cambios».
Francisca Escobar Hernández agregó que en ocasiones hay material de los vagones que termina en los patios de los domicilios, «estamos hasta el gorro por el ruido del tren».
La señora Catalina Rodríguez Juárez de 82 años de edad y vive en la colonia Enrique Cárdenas González desde hace 50 años y su vivienda registra cuarteaduras en varias partes.
Desde hace 15 años comenzó a tener problemas por el paso del tren, «ahorita es peor porque cuando mueven los vagones se escucha muy fuerte».
«Falta de dinero no hemos podido reparar la casa y cada presidente que viene le decimos, pero ahí se queda y el temor de un accidente es frecuente», apuntó.
Óscar Figueroa/La Razón