Quizá recuerde usted, si ya era un mexicano adulto allá por los inicios de los años noventas, que siendo presidente Carlos Salinas de Gortari y molesto porque no podía conseguir la anuencia del PRI para cambiarle el nombre por el de Solidaridad (burda copia porque en otros países ya tenían partidos políticos con ese nombre), y a pregunta expresa de los reporteros por esa situación el presidente contestó….,
«Es la Nomenklatura que obstaculiza el progreso del país», o similar expresión de enojo e impotencia que le impidió realizar ese capricho personal.
Ya en otras ocasiones CSG se había expresado con desdén de «La Nomenklatura»; se refería a un grupo (lista) de notables priístas que habían ocupado altos cargos de dirigencia o en el servicio público y que tenían sus cotos de poder al interior del tricolor:
Ex presidentes de la república, ex gobernadores, ex legisladores, ex alcaldes etcétera; es decir dominaban en los órganos de dirección del partido.
Y sigue, hoy 31 de octubre de 2023, existiendo «La Nomenklatura»; con un agregado moderno pues el partido MORENA heredó el 95% de los genes priístas, incluyendo esta característica; en este caso si los líderes de partido se rebelan PUEDEN contravenir los deseos del presidente AMLO.
Traigo el tema a colación porque tanto el Frente Amplio por México como MORENA y sus partidos satélites, pasan por un momento en que luchan sus «Nomenklaturas» por el poder, por la dominancia grupal y claro que se entiende por la comprensible ambición humana.
No se en las otras 31 entidades federativas del país pero en lo que respecta a Tamaulipas, cada día parece mas obvia esa lucha de su «Nomenklatura»; es decir de manera sorda se pelean los espacios y las futuras candidaturas a los cargos de elección popular en disputa constitucional.
Los partidos políticos integrantes del Frente Amplio por México (el FAM), sus líderes nacionales, estatales y municipales no han entendido a cabalidad el momento histórico por el que pasa nuestro país.
Se comportan como si sus «Nomenklaturas» (o sea las cúpulas del PAN-PRI-PRD) tuvieran el poder económico, político-electoral y social de sus mejores tiempos.
No acaban de asimilar que la crisis de credibilidad que la sociedad tiene en los partidos políticos mexicanos es real, tangible y medible.
Que el abstencionismo electoral (que supera el promedio nacional del 50%) tiene explicación y justificación, en tanto que cuando un candidato llega al poder se olvida e incumple sus promesas de campaña.
Antes era en el PRI, luego en el PAN y hoy es en MORENA: la potencia de sus «Nomenklaturas» se hace sentir en las postulaciones a cargos de elección popular.
Con esta idea central puedo asegurarle amable lector que el FAM, sus dirigentes y líderes cupulares, siguen sin entender a cabalidad que si no se ABREN a la sociedad civil con sus postulaciones a cargos de elección popular, poco habrán de avanzar electoralmente y sus respectivas «Nomenklaturas» seguirán anclándolos en el fondo de la simpatía ciudadana.
Aunque también es cierto que en MORENA y sus satélites (MC-PVEM-PT), sus respectivas «Nomenklaturas» los están llevando a la tumba electoral.
Si tengo razón sólo podremos saberlo hasta después del dos de junio de 2024; mi pronóstico es que si en MORENA y el FAM siguen haciéndoles caso a sus «Nomenklaturas», seguirá creciendo el abstencionismo electoral pues la mayoría de los mexicanos del siglo XXI no se sienten DIGNAMENTE representados por los partidos políticos, ante la oscuridad de sus mecanismos de acceso al poder.
Cierto; también es probable que su servidor se haya fugado de un hospital psiquiátrico para poder escribir estos apuntes: me someto a su amable consideración.
POR EVARISTO BENÍTEZ CASTRO
