CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En vísperas de la Navidad, una tradición católica que parece perder fuerza es la instalación de nacimientos en los hogares, ya que son principalmente personas mayores quienes continúan manteniendo viva esta práctica.
La familia Reyes Verrones, con más de 70 años en el mercado, ha sido testigo de este cambio cultural.
Durante décadas, llenaron los hogares de Victoria con figuras religiosas representando a José, María, el Niño Jesús y los Tres Reyes Magos, elaboradas con materiales que van desde barro y cerámica hasta papel maché.
“Cada año nos compran menos. Ya no son los jóvenes quienes colocan nacimientos, sino personas de la tercera edad, y si viene alguno es porque su madre o abuela los mandaron a comprar alguna figura del nacimiento”, explicó José Agustín, cuyo local se encuentra dentro del Mercado Argüelles.
Aunque la tradición del nacimiento persiste, las nuevas generaciones la comparten cada vez menos, a excepción de algunas instituciones educativas que aún mantienen la costumbre instalando nacimientos en sus planteles.
La venta de las figuras para el nacimiento ha experimentado una notable caída, llegando al punto en que la demanda de peregrinos, solicitados para las tradicionales posadas, ha disminuido considerablemente.
“Los peregrinos casi ya no los vendo, ya no me los piden. Antes se organizaban por familias, vecinos e incluso amigos para pedir posada junto a los peregrinos de domicilio en domicilio, ahora solo hacen fiesta”, lamentó el comerciante victorense.
José señaló que armar un nacimiento no requiere de una gran inversión, ya que existen opciones de todos los tamaños y precios, desde los pequeños que se venden en conjunto hasta los más grandes cuyas piezas se ofrecen por separado.
Un nacimiento completo incluye a la Virgen María, San José, el Niño Jesús, los Reyes Magos, una choza o pesebre, pastores y el ángel. Por otro lado, los peregrinos representan a María, José y un burro, simbolizando su huida y búsqueda de asilo.
En cuanto a los materiales, los más económicos son los hechos de barro, con un costo a partir de los 15 pesos por cada pieza.
Le siguen los de pasta, con un valor de 150 pesos por el par de María y José.
“Hay nacimientos pequeños desde 200 pesos y otros de ocho piezas de gran tamaño en 550 con 40 centímetros de altura, en color hueso y tradicional, ya que son de pasta, ojo de cristal y pestañas”, agregó el comerciante. A pesar de la disminución en la demanda, estos artesanos continúan ofreciendo opciones para aquellos que deseen mantener viva la tradición del nacimiento en sus hogares.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON