CIUDAD DE MÉXICO.- En el transcurso del año 2023, cuatro periodistas mexicanos perdieron la vida en el ejercicio de su labor, marcando una disminución respecto a los 11 casos del año anterior. Sin embargo, México se mantiene como el país más peligroso en una zona de paz para los profesionales de la prensa, siendo superado globalmente solo por Palestina.
Según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF), México lidera las cifras de periodistas asesinados en América Latina, contribuyendo al total de seis muertes registradas en el continente. El país ostenta también la mayor tasa de mortalidad en el último lustro, con un alarmante total de 46 casos. Actualmente, 31 periodistas mexicanos permanecen desaparecidos, representando más de un tercio de los casos a nivel mundial.
Entre las víctimas se encuentran destacados profesionales como Gerardo Torres de Red Noticias, Nelson Matus de Lo Real de Guerrero, Luis Martín Sánchez corresponsal de La Jornada, y Marco Aurelio Ramírez locutor de Stereo Luz FM, todos investigando el crimen organizado al momento de su fallecimiento entre mayo y julio de 2023.
A pesar de que las seis muertes representan un descenso notable en la tasa de mortalidad periodística en América Latina, pasando de 26 en 2022 a 6 en 2023, RSF enfatiza que no se puede hablar de una mejora estructural en las condiciones de seguridad. Ejemplos como el secuestro de Alán García Aguilar, fundador de Escenario Calentano, y más de 30 desapariciones en México, incluyendo 8 forzadas, refuerzan esta preocupante realidad.
En cuanto a la desaparición de mujeres periodistas, América Latina lidera con cuatro casos, de los cinco reportados a nivel mundial. Entre ellas, destaca la fotógrafa Sara Cristina Chan Chan Medina, desaparecida desde 1989 en El Salvador.
RSF, que recopila datos desde 1995, destaca la persistencia de amenazas a periodistas en la región, subrayando la necesidad continua de abordar las condiciones de seguridad para garantizar la libertad de prensa y la protección de quienes la ejercen.
POR EXPRESO DIGITAL
EXPRESO – LA RAZÓN