CD. VICTORIA, TAM.- La vida de Alejandro, ha sido como de película, irónicamente, el séptimo arte es su más grande pasión; ya estrenó su primer largo metraje, “Memorias” y con él está conquistando festivales en todo el mundo.
Su ópera prima está inspirada en la última novela que escribió Gabriel García Márquez, “Memorias de mis putas tristes”, “Lo leí y me gustó mucho, me gustan esas historias de introspección, originalmente iba a ser un cortometraje, me reuní con el equipo y ellos me dicen que lo hiciéramos película, era como andar en Vocho y manejar un camión de volteo, lo pensé una noche y dije que si”.
Se tardó ocho meses escribiendo el guión, posteriormente armó el equipo de trabajo y buscó un “actor” muy importante en la obra, la locación, “Yo quería que el personaje estuviera acompañado de un lugar, me fui a la región del Cuarto Distrito, el Director de fotografía me dijo que visitáramos Miquihuana y me encantó, todo ahí se conjugó”.
La película es totalmente tamaulipeca, todos los que aparecen y trabajaron en ella son tamaulipecos, para Márquez, eso “Es importante, por que ¿Si no cómo vamos a crecer?, si traemos gente de otros lados nunca vamos a avanzar, aquí también hay con qué y eso es aplicable en todo”.
“La película tiene para competir, tiene elementos muy propios de acá, la música, la ropa, la comida, la bebida, tratamos de pintar en la película a Tamaulipas; todo lo que ven en ella es calidad de nuestra tierra y ha tenido buenas consecuencias, es un producto que ha competido y ha contagiado”.
La cinta también tiene otro objetivo, el concientizar y mostrar, lo que vi ven las personas con la condición del Síndrome de Asperger, “Son personas que se les dificulta la interacción con otras personas, que les gusta tener una rutina marcada. Yo aparte soy maestro de inglés de educación básica y me ha tocado convivir con niños con autismo y hay muchos tabúes, hay cosas que no terminamos por conocer, poner este tema en la película aporta para que la gente conozca más de esta condición”.
“Su coeficiente intelectual es superior al de nosotros, pero se les dificulta transmitirlo, nos fuimos por ahí, para romper tabúes”, explica. Con la cinta el tamaulipeco ha recibido una gran cantidad de premios y reconocimientos, en México y en el mundo, por ejemplo, fue premiado como la “Mejor Opera Prima en Largometraje” en los American Golden Picture International Film Festival de Estados Unidos, ganó como “Mejor Largometraje Internacional” en Stuff MX Film Festival en Mexico. También fue ganador como “Mejor Película Debut” en Near Nazareth Festival de Israel y como “Mejor Largometraje” en HIFF – HALO International Film Festival de Rusia. Otros premios que ya recibió con su prime ra cinta, son los laureles en el New York Life-Off Film Festival y en el Stockholm City Film Festival en Suecia.
ASÍ SE FORJÓ EL CINEASTA
“Soy victorense de corazón”, dice para abrir y com partir que sus papás son Matilde Márquez López y su madre María Lourdes García Galván, ella una gran institución como ex Directora del Jardín de Niños Antonio Repiso, donde duró 32 años, la defi ne como “Una mujer increíble”. “De mi papá heredé el amor por Tamaulipas, era ingeniero civil y hacia pavimentaciones en carre teras y construcciones de obra publica, era mucho de recorrer Tamaulipas y me enseñó la gran belleza natural que tenemos, permeó en mi un gran amor por mi estado, ellos me dieron mucho pensamien to critico”.
“Mi papá cada que le pagaba de trabajar, llegaba con dos cosas, hamburguesas de La Perica y películas de video centro, eran películas VHS, vi muchas, me encantaba, pero yo veía mucho el otro DVD o Cassette donde venía cómo hicieron la película, esos son los que me gustaba ver”. A los 15 años su vida daría un giro drástico e inesperado, “Yo tengo una enfermedad crónica, se llama Arnold Chiari, fui a un río con la familia, me quedé dormido en el carro después de meterme al agua y al día siguiente amanecí afónico, me lleva ron con médicos, pero después todo lo que comía
lo devolvía, fuimos a diferentes médicos hasta que me llevaron con un neurólogo, me hicieron estu dios hasta que dieron con lo que era”. “Me hacen mi primera cirugía y perdí casi com pletamente la movilidad de mi cuerpo, estuve en cama casi seis meses, movieron muchos nervios y quedé mucho tiempo así en lo que se recuperaba el cuerpo, medio me recuperé, pero me dijeron que tendría una segunda cirugía”.
“…Me operan la segunda vez y todo sale bien, pe ro vuelve a haber otro detallito, me operan una ter cera ocasión, la condición me afecta a mi motrici dad, en mis cuerdas bocales, de lo que yo debería de hablar, hablo la mitad…”. Márquez García recuerda que en esos momen tos, se dedicó a leer y ver películas, con la intención de ver y estudiar las narrativas, y así empezó a es cribir sus primeros guiones.
“Empecé a grabar pequeños cortometrajes y me terminó de enamorar, esto es algo adictivo, no lo hago por dinero, se hace por una pasión y me sien to afortunado y feliz por eso; teniendo una pasión haces las cosas distintas, hacer lo que me gusta es una dicha que no se copara con nada”.
Al ingresar a la Universidad Autónoma de Tamaulipas, su fervor por el cine sería aún más grande, sobre todo tras conocer a Judas. Mirafuentes, “Él fue mi guía, le dije que quería aprender y me puso de su asistente, yo soñado, ahí vi todo y aprendí mucho” “A raíz de eso nació una amistad, fuimos muy buenos amigos, muy cercanos, él tenía cáncer en una pierna y lamentablemente partió de nuestro la do. Al hablar de lo poco o mucho que he hecho, se debe hablar de Judas Mirafuentes. Todos los personajes que yo creo, tienen algo en honor a él”
SE PICA PIEDRA Y LLEGA LA RECOMPENSA
Alejandro lo tiene claro, “La formula para encontrar el éxito es el trabajo duro, no hay otra forma. No crean que es a la primera, hubo muchos ejercicios antes de la película, pero cortos hice como seis”. Su primer cortometraje, “La Última Gardenia”, fue seleccionado y premiado en festivales de España. “Gracias a Dios le fue muy bien, nunca pensé que fuera a pasar algo así”. Pero todos esos premios, laureles y reconocimientos, no se comparan con la sensación que le produjo cuando “En San Luis Potosí unas señoras me buscaron al final de la película y me dijeron que la cinta las conmovió hasta las lagrimas, me entregaron unos chocolates de regalo, ese, ver feliz a mi mamá y a mi esposa, es el mayor premio que pue do tener”.
POR DANIEL RÍOS