MÉXICO.- Con la reciente transferencia de seis aeropuertos adicionales a la Secretaría de Marina (Semar), México cerrará el 2023 con dos docenas de aeropuertos en manos de las Fuerzas Armadas.
La Marina ahora estará a cargo de los aeropuertos de Loreto, Ciudad del Carmen, Colima, Ciudad Obregón, Guaymas y Matamoros. Así como los de Toluca y de Ciudad de México (AICM)
Mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional, (Sedena) a través del Grupo Olmeca-Maya-Mexica tiene a su cargo el recién inaugurado Tulum, Nogales, Nuevo Laredo, Ciudad Victoria, Tamuín, Uruapan, Puebla, Ixtepec, Palenque, Campeche, Chetumal y el Felipe Ángeles (AIFA).
La militarización del sector aeroportuario se amplió durante este año sin precedentes, a pesar de que la administración de terminales aéreas no forma parte de la vocación de las Fuerzas Armadas.
“La vocación primaria de las Fuerzas Armadas está ubicada claramente a nivel constitucional y esa es velar por temas de seguridad nacional. El manejo de aeropuertos, en la medida que se ha dado en esta administración, no tiene absolutamente nada que ver con el mandato ni con su vocación constitucional y no es un tema menor desde el punto de vista jurídico, pues las distrae de sus funciones más importantes y para las cuales fueron concebidas”, aseguró Juan Carlos Machorro, socio experto en derecho aeronáutico y aeroportuario de la firma legal Santamarina y Steta.
Indicó que no se entiende a razón de qué las fuerzas armadas están siendo destinadas a operar activos de infraestructura que corresponden al sector de Comunicaciones y Transportes y en donde no tienen experiencia.
“Tradicionalmente los aeropuertos que opera el gobierno mexicano han perdido dinero y si a eso se le añade que se están poniendo en manos de las Fuerzas Armadas que no cuentan con la experiencia necesaria para operar y explotar aeropuertos comerciales, el riesgo de que sean proyectos perdedores de recursos aumenta”.
Opacidad
El especialista advirtió que las Fuerzas Armadas tienen un régimen de procura de bienes y servicios distinta a todas las demás entidades y dependencias de gobierno, que podría generar falta de transparencia en el manejo de recursos destinados a la construcción, el mantenimiento y operación de aeropuertos.
“Poner aeropuertos en manos de las Fuerzas Armadas no es una cosa menor y los mexicanos les debemos a ellos el mayor de los respetos, pero no es justo que los saquen de sus cuarteles para ponerlos a operar activos que no son sencillos y no tienen experiencia. No es justo para el país en el uso de recursos ni para los usuarios de esos aeropuertos que bien podrían ser operados por expertos en la materia”.
Una mala herencia
Juan Carlos Machorro enfatizó en que este gobierno no sólo sacó a las Fuerzas Armadas de los cuartes, sino que ha ampliado su actuar y el problema vendrá para la nueva administración, al tener que ubicar al ejército en sus funciones y vocación originales. “Esta administración está heredando un problema en lugar de una solución”.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR