VATICANO.- El Papa Francisco impartió la bendición Urbi et Orbi desde el balcón de la Logia central de la Basílica de San Pedro donde expresó en su mensaje de Navidad que la guerra es “un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas“.
“Decir “sí” al Príncipe de la paz significa decir “no” a la guerra, y esto con valentía, a toda guerra, a la misma lógica de la guerra, un viaje sin meta, una derrota sin vencedores, una locura sin excusas”. Añadió que para decir no a la guerra, se tienen que acabar la producción de las armas
“Pero para decir “no” a la guerra es necesario decir “no” a las armas. Porque si el hombre, cuyo corazón es inestable y está herido, encuentra instrumentos de muerte entre sus manos, antes o después los usará. ¿Y cómo se puede hablar de paz si la producción, la venta y el comercio de armas aumentan?“.
El Papa Francisco dijo que las personas “no quieren armas sino pan”
“Hoy, como en el tiempo de Herodes, las intrigas del mal, que se oponen a la luz divina, se mueven a la sombra de la hipocresía y del ocultamiento. ¡Cuántas masacres debidas a las armas ocurren en un silencio ensordecedor, a escondidas de todos! La gente, que no quiere armas sino pan, que le cuesta seguir adelante y pide paz, ignora cuántos fondos públicos se destinan a los armamentos. ¡Y, sin embargo, deberían saberlo! Que se hable sobre esto, que se escriba sobre esto, para que se conozcan los intereses y los beneficios que mueven los hilos de las guerras”.
A pesar de los tiempos oscuros que se viven dijo que “prevalece la luz de Dios”
¡Alegrémonos por esta gracia! Alégrate tú, que has perdido la confianza y las certezas, porque no estás solo, no estás sola: ¡Cristo ha nacido por ti! Alégrate tú, que has abandonado la esperanza, porque Dios te tiende su mano; no te señala con el dedo, sino que te ofrece su manita de Niño para liberarte de tus miedos, para aliviarte de tus fatigas y mostrarte que a sus ojos eres valioso como ningún otro.
El Santo Padre pidió rezar por la paz de Israel y Palestina, por la población de Siria, Yemen y la “martirizada” Ucrania, por Armenia y Azerbaiyán, así como los conflictos que hay en el Cuerno de África, Sudán del Sur, el Congo y Camerún.
El Papa Francisco señaló que a través del “Hijo de Dios que se hizo un Niño humilde” inspire a los dirigentes políticos del continente americano para solucionar la situación de la migración y las desigualdades sociales.
“El Hijo de Dios, que se hizo un Niño humilde, inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad del continente americano, para hallar soluciones idóneas que lleven a superar las disensiones sociales y políticas, a luchar contra las formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, a resolver las desigualdades y a afrontar el doloroso fenómeno de las migraciones”.
CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MÉXICO