El tablero político cambiará de manera radical si se confirma lo que en plena Navidad ya se da como un hecho: que Morena, el Partido Verde, y el Partido del Trabajo no irán en alianza por las senadurías de Tamaulipas.
Lo verdaderamente sorpresivo es que todo hace indicar que quien encabezará la primera fórmula del PVEM será el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, quien competiría contra la Secretaria del Trabajo, por Morena, e Imelda Sanmiguel por la alianza PRI, PAN y PRD.
Faltaría ver la propuesta del Partido del Trabajo y quienes se anotan en la segunda fórmula de los demás contrincantes.
En el Movimiento de Regeneración Nacional siguen sobre la mesa nombres como los de Marco Batarse Ferrel o José Ramón Gómez Leal.
Detrás de este movimiento de ajedrez no hay una ruptura entre los partidos oficialistas.
Por el contrario, la idea de ir por separado a esta elección federal en Tamaulipas es cerrarle el paso a la alianza opositora.
Según los cálculos que se hacen en los cuartos de guerra de la 4T, en este escenario electoral es perfectamente viable que la candidatura de Eugenio Hernández venza sin problemas a la del PAN y el PRI y se quede con el segundo lugar en las votaciones, lo que le permitiría al ex mandatario llegar al Senado como primera minoría, y dejar fuera a Acción Nacional.
Es, claro, un misil contra el proyecto cabecista de mantener posiciones de privilegio en la política tamaulipeca.
La nueva estrategia electoral de la 4T para el 2024 supondría modificar el convenio de coalición que ya habían entregado al INE los tres partidos aliados.
Se trata de un trámite que no debería presentar mayor dificultad, y que les ofrece nuevas posibilidades, por ejemplo, la de incluir a Maki Ortiz -empeñada en ser candidata de Morena- en una de esas fórmulas para aparecer en la boleta.
Desde luego nada está escrito y será en los primeros días de enero cuando se oficialice la cartelera para la gran batalla electoral del 2 de junio.
Migajas para el PRI
Al final, parece que la llegada de Paloma Guillén a la dirigencia estatal del PRI, no ayudó a elevar el nivel de negociación con el Partido Acción Nacional para repartir las candidaturas en la alianza local.
A reserva de que se conozca a detalle la lista de ayuntamientos y distritos que corresponden a cada partido, todo hace indicar que una vez más, el Tricolor tendrá que conformarse con las migajas: unos cuantos distritos locales en el Congreso del Estado, y los municipios donde actualmente gobierna.
En ese contexto se registra también la renuncia del PRD a la coalición.
A diferencia del PRI, que a nivel nacional se convirtió en una pieza relevante en el entramado opositor, y que en Tamaulipas hay algunos territorios como Victoria donde conserva importante presencia política, del Partido de la Revolución Democrática no queda sino el membrete, usufructuado por tres o cuatro personajes adictos al dinero público.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES