En un escenario donde la economía mexicana experimenta un crecimiento mejor al esperado, impulsado en gran medida por fenómenos como el nearshoring, es de relevancia examinar cómo estas dinámicas impactan en las finanzas familiares. El país ha vivido un buen año en términos de exportaciones, fortaleza económica y relaciones comerciales, especialmente con Estados Unidos. Sin embargo, esta prosperidad coexiste con desafíos persistentes, subrayando algunos obstáculos que en México se desenvuelven.
Lo primero que es importante tener en mente es lo que el término nearshoring se refiere, ya que esta palabra ha resonado con fuerza en el ámbito empresarial y gubernamental, marcando una tendencia donde las empresas buscan relocalizar operaciones en países cercanos para aprovechar costos laborales más bajos.
En ese sentido, nuestro país se ha convertido en un actor destacado en este escenario, superando a China en las exportaciones a Estados Unidos y atrayendo una inversión extranjera récord, alcanzando los 32.900 millones de dólares en los primeros nueve meses del año pasado.
Es evidente que desde el lado empresarial este fenómeno ha beneficiado a todo tiempo de empresas. Por ejemplo, para las pequeñas y medianas empresas el nearshoring ofrece oportunidades significativas. Y, se estima que el 50 por ciento de estas unidades económicas están preparadas para integrarse a las cadenas de suministro. Pero, para los hogares mexicano este relación y dinámica no parece ser tan clara.
La dinámica del nearshoring encuentra su conexión con los hogares a través de la interrelación de actividades y el entorno económico. Veamos, si hay sectores donde se lleve a cabo un aumento en las exportaciones y la llegada de inversiones extranjeras generan empleo, las familias mexicanas se encontrarán en medio de un escenario que experimentará beneficios, como mayor ingreso para el hogar, y también desafíos, puesto que ahora los puestos de trabajo requerirán de mayores habilidades y capacidades.
Ante un escenario donde habrá cambios significativos, la adaptabilidad se convierte en una habilidad crucial para las finanzas familiares. La planificación cuidadosa del presupuesto, la identificación de áreas de ahorro y la búsqueda de oportunidades de inversión se vuelven esenciales.
Así que la educación financiera debe volverse el pilar fundamental de nuestro día a día, puesto que tomar decisiones informadas en un entorno tan dinámico como el que se habrá de desarrollar una vez que las inversiones atraídas por el nearshoring se establezcan en nuestro país.
Aunque aún no es posible visibilizar de forma concreta cuáles serán los efectos del nearshoring y las dinámicas económicas actuales ofrecen tanto oportunidades como desafíos. La capacidad de las empresas para integrarse con éxito a estas tendencias y la preparación de las familias para enfrentar las implicaciones en sus finanzas determinarán en gran medida el impacto final en la sociedad. En un año electoral y en medio de un escenario global en constante cambio, la adaptabilidad y la toma de decisiones informadas son las brújulas que guiarán a las familias mexicanas hacia la estabilidad financiera.
POR ANGÉLICA GONZÁLEZ